domingo, 5 de junio de 2011

La vida en llamas

SOMBRAS DE BIBLIOFILIA

Cuántas veces, durmiendo, has rescatado
libros inexistentes e imposibles
de las estanterías del olvido
(un ejemplar intonso, por ejemplo,
del Diable amoureux, de Jacques Cazotte,
ilustrado por Flaxman, Blake y Füssli
a comienzos del siglo XIX).
Cuántas veces el libro de tus sueños
se ha convertido, al despertar, en humo.


LA BELLE DAME SANS MERCI

Las espadas vivían, entonces, para ti,
y era el Santo Grial una simple metáfora
de tu cuerpo divino. Y doncellas y enanos
anunciaban tu paso por la maravillosa
floresta con alegres canciones. Y llegabas
a lomos de blanquísimo palafrén, con los ojos
ausentes, la mirada perdida en el vacío.
Y de pronto volvías de tu ensimismamiento
y, desde tu sitial, pronunciabas tan sólo
una palabra: Muerte.

Bastaba que dijeras
eso para que todos los nobles caballeros
que había en la palestra, completamente armados,
acudieran al campo del honor a matarse
entre ellos (no había posibilidad
de salvarse venciendo, pues los supervivientes
eran sacrificados después). Cuando la lucha
terminó, te pusiste de pie, le regalaste
una breve sonrisa sádica al vencedor,
y tus ojos volvieron a perderse en la nada.


LUIS ALBERTO DE CUENCA


2 comentarios:

  1. Sombras de bibliofilia está genial! Creo que tiene toda la razón! Lo digo porque ya me pasó jaja y me encantó la imagen, gracias x esta linda entrada!

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  2. De nada, Shanny. Luis Alberto de Cuenca es uno de mis poetas favoritos: siempre tiene razón. XD

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