Yo sé que mi perfil será tranquilo
en el norte de un cielo sin reflejo:
Mercurio de vigilia, casto espejo
donde se quiebre el pulso de mi estilo.
Que si la yedra y el frescor del hilo
fue la norma del cuerpo que yo dejo,
mi perfil en la arena será un viejo
silencio sin rubor de cocodrilo.
Y aunque nunca tendrá sabor de llama
mi lengua de palomas ateridas
sino desierto gusto de retama,
libre signo de normas oprimidas
seré, en el cuello de la yerta rama
y en el sinfín de dalias doloridas.
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Vive porque nunca matando al cuerpo se llega a matar al hombre. Que su recuerdo sea el de tantos que se perdieron en aquella guerra fratricida.
ResponderEliminarUna elección más que acertada, por otro lado. ;)
Besos.
Homo Libris: era necesario el recuerdo de uno de nuestros mejores poetas, ¿verdad? ;)
ResponderEliminar¡Un abrazo!
Por supuesto: nunca está de más recordarle, aunque las instituciones se encarguen, en ocasiones, de llevarnos hasta el hartazgo. Imagina al nivel que pueden llegar los homenajes a Lorca en Granada en determinadas fechas: llegan a cansar, aunque el poeta -y dramaturgo- nunca lo haga, como siempre bienvenidos son los recuerdos, como este, de quienes amamos su obra.
ResponderEliminarUn abrazote.