"Actualmente en Europa y fuera de ella, los financieros, culpables indiscutibles de la crisis, han salvado ya el bache y prosiguen su vida como siempre sin grandes pérdidas. En cambio, sus víctimas no han recuperado el trabajo ni su nivel de ingresos. [...] Es decir, el dinero y sus dueños tienen más poder que los gobiernos. [...] ¡INDIGNAOS!, les dice Hessel a los a los jóvenes, porque de la indignación nace la voluntad de compromiso con la Historia. [...] ¡INDIGNAOS! Luchad, para salvar los logros democráticos basados en valores éticos, de justicia y libertad prometidos tras la dolorosa lección de la Segunda Guerra Mundial".
José Luis Sampedro, en el prólogo.
A sus noventa y tres años Hessel, filósofo superviviente de un campo de concentración durante la Segunda Guerra Mundial y único redactor vivo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, nos da un toque de atención a los jóvenes, a los que nos insta a indignarnos contra la dictadura financiera que amenaza la democracia y nuestra libertad. El texto parte de sus recuerdos en la resistencia francesa contra la ocupación nazi y pide a las nuevas generaciones que hagan los mismo contra una ocupación mucho más sutil y difícil de combatir.
A Hessel le preocupa cómo todo aquello por lo que luchó se ha ido desvaneciendo poco a poco e insta a que nos demos cuenta del poder de las organizaciones financieras internacionales que operan en la sombra, convirtiendo a los poderes políticos en meros títeres de sus intereses.
Hessel no nos dice nada nuevo. Su voz se une a la de intelectuales como Naomi Klein, Tony Judt, Amin Maalouf, Loretta Napoleoni o Noam Chomsky y se diferencia de la de ellos, tal vez, en que es tremendamente sencilla de entender. Pero quizás la sencillez puede ayudar a que muchas conciencias se despierten y comiencen a darse cuenta del gran mar de ponzoña en el que estamos nadando y empiecen a luchar contra él. Es una misión difícil: no en vano, Hessel afirma que su lucha contra la ocupación nazi fue mucho más fácil que ésta. Estamos ante una tarea compleja y que tiene a su enemigo más fuerte en la indiferencia y pasividad de los jóvenes.
Yo creo, sinceramente, que ellos han ganado la partida, Stéphane. Si la victoria depende de la indignación de una sociedad como la nuestra que, con tal de arreglárselas individualmente le da igual todo, vamos apañados. Pero leer un manifiesto como el tuyo me hace sentir menos sola en este mundo. Y por eso y por toda tu lucha, merci beaucoup.
¡Indignaos!, Stéphane Hessel.
Editorial Destino.
Barcelona, 2011.
ISBN: 9788423344710
5 euros
Le tengo echado el ojo (¿sorprendida? XD) y quiero hacerme con él en cuanto pueda pasarme por una librería en que lo tengan.
ResponderEliminarTambién yo pienso que ellos han ganado la partida, la batalla y, como no nos indignemos realmente, la guerra. Y es que a ellos les basta con vencer y, por nuestro lado, además tenemos que convencer.
¿Qué tal por la neblinosa capital? (Que conste que no hablo de Madrid... XD XD XD).
Un abrazote.
Homo Libris: ya me imaginaba yo que a ti esto te iba a interesar. ^^ Y si eres tan negativo como yo, vaya manera de sufrir que tenemos, leyendo estas cosas que nos enfurecen aún más contra el mundo... ;)
ResponderEliminarUy, Londres genial. No vimos el sol. XDDDD Tengo que hacer un par de entradas sobre el viaje, pero ando tan liada en el curro que llego a casa y no me apetece más que descansar. Aunque no os vais a librar, que conste.
Y Rob... Puf, bestial. Tan bestial que me tatuaría su nombre, fíjate. XD
¡Un abrazo!
¡Ay! ¿Pero no lo tienes tatuado aún? ;)
ResponderEliminarBueno, si la Humanidad se redujese a un átomo yo estaría orbitando alrededor como buen electrón, te lo digo yo. Apartado pero sin ser capaz de alejarme del todo.
En fin, a ver si conseguimos que este apartado lugar del Universo merezca la pena ser visitado. Como Londres cuando pasa por allí Rob. :) Ya --despertarás nuestra envidia-- nos contarás, sí.
Besos.
Homo Libris: no me des ideas, que es lo que me faltaba ya con Mr Zombie. ;)
ResponderEliminarSerá curioso ver cómo evoluciona el mundo los próximos cinco o diez años, porque siento que estamos al borde del abismo. Algo así como Europa poco antes de la Primera Guerra Mundial. Ojalá me equivoque.
Así que, para no pensar en cosas lúgubres a estas horas de la noche, te digo que en cuanto tenga unas cuantas fotos seleccionadas (tengo que sacarlas de la camara y descargarlas en este trasto, es mucho trabajo XD) haré un par de crónicas por aquí. Porque, obviamente, de Rob no os libráis, ¡ja, ja, ja!
¡Muchos besotes!
Hum... ¿y vídeos? ;)
ResponderEliminarA mí también me asaltan oscuros pensamientos, por cierto. :(
¡Besos!
Vídeos también, por supuesto. ¿O acaso lo dudabas? ¡Ja, ja, ja! XD
ResponderEliminar¡Alejemos esos oscuros pensamientos!
¡Besotes!
Hola Alienor, de lectura obligatoria!!!, leí su lanzamiento y me alegro de que me lo recuerdes!!!
ResponderEliminarPregunto com Homolibris, pero verde de envidia...que para algo soy guisante verde,jejeje!, ¿qué tal por la City?
Un abrazo ;-)
Lo tuve ayer entre mis manos...y me cautivó. La portada del libro es muy propia. Desde luego, no estamos haciendo nada al respecto.
ResponderEliminarUn abrazo!!
Suena bien, supongo que es imposible escapar a los movimientos cíclicos, pero dicen que en la naturaleza toda planta venenosa tiene su antídoto cerca, por tanto en mi caso soy optimista a largo plazo, supongo que aunque el ser humano tenga la costumbre de cagarla cada x tiempo siempre avanza.
ResponderEliminarMaribel: ya estás corriendo a comprar esta pequeña joya, que estás tardando. ;)
ResponderEliminar¡Aish, por la City genial! La pateamos mucho y disfrutamos un montón. Prometo hacer una entrada en breve, en cuanto tenga tiempo para mirar las fotos y decidir qué poner. :)
¡Un abrazo!
María: te animo a que lo leas, cómo no. ¡Dan ganas de ponerse una máscara de Guy Fawkes y comenzar una revolución! ;)
Sonja: yo soy muy de la opinión de que la Historia es cíclica, así que intentaré coger un poco del optimismo que tú tienes y pensar en el futuro con algo de esperanza. :)
¡Un abrazo a las dos!