lunes, 22 de agosto de 2011

Thor: por Asgard

"-Llévame contigo, Brunhilde.
-¿Qué? ¿El dolor te ha enloquecido? No se permite a los vivos en Valhalla."

Hace unos meses, aprovechando el tirón de la película Thor de Kenneth Branagh, Panini Cómics nos dio una alegría a más de uno editando en España Thor: por Asgard, tomo recopilatorio de la mini serie de seis números que se editó en Estados Unidos entre 2010 y 2011. Esta serie parte de un guión de Robert Rodi, quien ya nos regaló uno de sus mejores trabajos en aquel maravilloso Loki, mientras que el dibujo esta vez corre a cargo del ilustrador italiano Simone Bianchi.

Thor: por Asgard ha sido sin duda una de mis lecturas comiqueras más agradables del año. Me encanta el tono shakesperiano que caracteriza el guión de Rodi -al igual que sucedía en Loki-, especialmente en los diálogos.

Una gran crisis se cierne sobre el reino de Asgard: la llegada de un invierno eterno, la misteriosa desaparición de Odín, la continua rebelión de los pueblos que están bajo su mandato... En definitiva, parece que nos encontramos ante el inminente fin de Asgard. La carga de la regencia ha recaído sobre Thor, quien se enfrenta no sólo a las revoluciones externas, sino también a las disensiones internas en sus filas y a sus propias dudas personales ante su nuevo papel como rey.

Los conflictos son constantes y, con ellos, llegan las dudas éticas de Thor y el resto de personajes: la vileza y crueldad de la guerra por mucho que ésta sea necesaria, la división y, por encima de todas ellas, la culpabilidad. ¿Hay algo, por tanto, que tenga sentido en este mundo? ¿Merece la pena luchar o hay que aceptar el fin que se avecina?

"La guerra no es siempre gloria, Sverrik hijo de Haarik. Puede ser cobarde y cruel, como hemos visto dentro de estas puertas."

Como es lógico, la acción pasa en el cómic a un segundo plano, aunque se le da cierta importancia en la segunda mitad del relato. Para mi gusto, por cierto, algo más floja que la primera parte debido a su rapidez, pero no por ello resulta menos emotiva.

En cuanto al trabajo de Simone Bianchi en el dibujo, creo que una imagen vale más que mil palabras. Bianchi tiene muchos detractores, pero a mí me gusta. Es muy diferente al dibujo que Esad Ribic creó para Loki, sí, pero es un gran ilustrador. Sus dibujos son coloridos y barrocos, perfectos para ilustrar el mundo mítico asgardiano. Su recreación minuciosa de cada viñeta hace que te detengas mucho rato a admirar cada uno de los pequeños detalles que componen sus páginas. Es original, moderno y hermoso: no pido más a un dibujante.

Thor: por Asgard no es una de esas lecturas ligeras a las que Marvel nos tiene más acostumbrados. Al igual que en Loki, Rodi traza las líneas de un relato para un público más adulto que busca una historia con cierta profundidad, que vaya más allá de la simple acción. Sus personajes son complejos y las cuestiones morales que nos plantea son a la vez tan actuales que bien podrían haber hecho las delicias de Branagh para un guión muy de su estilo. Aunque cada vez estoy más convencida de que, si no leyó ésta, al menos Loki sí que fue una de las novelas gráficas "estudiadas" por el actor y director inglés.

Un único pero le pongo a esta obra: su final es un tanto abierto. Se quedan varias tramas sin cerrar, tal vez a la espera de volver a la historia en un futuro cercano. Ojalá sea así; a mí ya se me han puesto los dientes largos sólo de pensarlo.

Robert Rodi, en su concepción de la tragedia, se aleja del mundo Marvel para acercarse a la mitología nórdica. Y creo que es en este factor donde reside el éxito de sus fantásticas historias.

"La rueda está girando, señor de Asgard. Todo esto ha ocurrido antes. Todo esto volverá a pasar. Visto correctamente, hay consuelo en ello."

Thor: por Asgard, Robert Rodi y Simone Bianchi.
Panini Cómics
Barcelona, 2011
ISBN: 9788498856576
Tapa dura.
15 euros.


miércoles, 17 de agosto de 2011

Federico vive

Yo sé que mi perfil será tranquilo
en el norte de un cielo sin reflejo:
Mercurio de vigilia, casto espejo
donde se quiebre el pulso de mi estilo.

Que si la yedra y el frescor del hilo
fue la norma del cuerpo que yo dejo,
mi perfil en la arena será un viejo
silencio sin rubor de cocodrilo.

Y aunque nunca tendrá sabor de llama
mi lengua de palomas ateridas
sino desierto gusto de retama,

libre signo de normas oprimidas
seré, en el cuello de la yerta rama
y en el sinfín de dalias doloridas.