viernes, 17 de agosto de 2012

Chéjov y el medallón de Lidia

Una de las cosas que más me gusta de la librería es trabajar con Marta, compartir lecturas juntas y descubrir nuevas joyas. Hace unos días hablábamos de la necesidad de releer a los grandes escritores rusos (esas manías libreriles que el cuerpo nos pide cada cierto tiempo) y ella, muy acertadamente, me recomendó un ensayo de Galaxia Gutenberg: Desde los bosques nevados. Memoria de escritores rusos, de Juan Eduardo Zuñiga. No sería necesario decir que me faltó tiempo para encargar un ejemplar.

Hoy, al fin, me ha llegado el libro. Y aprovechando esas horas del mediodía en las que el calor aleja a los clientes de la tienda y la librería parece una biblioteca silenciosa, me he sentado y he realizado el ritual que siempre suelo hacer cuando un nuevo libro cae en mis manos: abrirlo por cualquier página, detener la vista en un párrafo al azar y leerlo. Es una magnífica manera de enamorarte  de una obra.

Así que he abierto el libro y esto es lo que me he encontrado: Chéjov, La Gaviota y una de las anécdotas más hermosas que jamás haya leído.


"Una escritora de San Petersburgo, Lidia Avílova, de veinticuatro años, casada, estaba enamorada de él. En cierta ocasión le envió como regalo un medallón de los que antes se colgaban de la cadena del reloj que cruzaba el chaleco, y había hecho grabar en una de sus caras el título de una antología de Chéjov y en la otra cara: "Página 267, líneas 6 y 7". 
Recibiría este regalo el escritor y es lógico pensar que buscaría la página y las líneas que ella le indicaba. Encontró que correspondían a la frase de un cuento suyo: "Si un día quieres mi vida, ven y tómala." Era una explícita y elegante declaración de amor."

Que me aspen si no he sentido un deseo imperioso de cerrar las puertas de la tienda, sentarme en una esquina y leer de un tirón el que intuyo es un maravilloso regalo de Juan Eduardo Zuñiga a todos los amantes de la literatura rusa.

Que venga el domingo con sus horas libres para la lectura; que venga pronto.