miércoles, 12 de diciembre de 2012

Por qué los griegos son importantes

"Para comprender por qué los griegos son importantes para nosotros hoy en día, debemos comprender la variedad vocacional de sus respuestas humanas -las relampagueantes transmutaciones, la recursividad "odiseana", la incansable creatividad-, que llegó a su final definitivo en los espasmos del estado bizantino después de tantos siglos de cambio y renovación constantes. No hubo nada en donde los griegos no metieran la nariz, ninguna experiencia que no quisieran enfrentar, ningún problema que no hayan intentado resolver. Cuando el mundo aún era joven, salieron con la primera luz de la mañana y regresaron temprano del agora, los brazos llenos y sus carros cargados con todas las mercancías, locales o extranjeras, naturales o artificiales, a las que pudieron echarle mano. Cualquier cosa que experimentemos hoy en día, cualquier cosa que tengamos la esperanza de aprender, cualquier cosa que sea nuestro mayor deseo, cualquier cosa que nos lancemos a buscar, vemos que los griegos han estado ahí antes que nosotros, y nos los encontramos en su camino de regreso."

                                                                 Thomas Cahill, "Navegando por el mar de vino".




lunes, 1 de octubre de 2012

A Hobsbawm

Hoy nos dejaba, en silencio, Eric Hobsbawm, y a una se le queda esa extraña sensación de cuando desaparece un mito.

 Podríamos decir muchas cosas de él, de sus luces y sus sombras, pero creo que en estos momentos es mejor dejar hablar a grandes historiadores como Julián Casanova:


Adiós, profesor. ¡Que la tierra te sea leve!

sábado, 22 de septiembre de 2012

Anna Karenina

Hay lecturas que marcan, sin duda alguna, un punto de inflexión. Libros de los que recuerdas años después hasta su olor, su tacto; la luz que entraba por la ventana de aquel día en el que terminaste su última frase, el viaje vivido a través de aquellas páginas y que no querrías que hubiera terminado jamás.

Lev Tolstói transformó mi experiencia lectora con profundidad especialmente con dos de sus obras, Anna Karenina y Guerra y paz; imposible olvidar a Anna y su trágico amor, a Natasha y el aprendizaje de lo que es la pérdida.

Ahora,  Joe Wright se dispone a contarnos de nuevo la historia de uno de mis personajes favoritos de la literatura universal en la gran pantalla. Siempre siento una cierta sensación de vértigo -e incluso pánico-, cuando uno de mis libros predilectos es llevado al cine. Sé que será una experiencia diferente, que no pueden utilizarse los mismos métodos narrativos, mas el miedo siempre está ahí, a pesar de todo. Pero si esta vez hablamos del director que ha rodado dos de mis películas favoritas, "Orgullo y Prejuicio" y "Expiación", puede que el miedo haya dado paso a una emoción incontenible.

 

Nada podrá alcanzar la perfección del libro y será muy difícil que olvide a Sophie Marceau y Sean Bean, pero qué demonios: lloré la primera vez que vi este trailer. El día de su estreno pienso sentarme en el centro de la sala de cine con mi cuñada Silvia y disfrutar como enanas.  Y si  esto sirve para acercar la obra de Tolstói a las nuevas generaciones, bienvenido sea.

viernes, 17 de agosto de 2012

Chéjov y el medallón de Lidia

Una de las cosas que más me gusta de la librería es trabajar con Marta, compartir lecturas juntas y descubrir nuevas joyas. Hace unos días hablábamos de la necesidad de releer a los grandes escritores rusos (esas manías libreriles que el cuerpo nos pide cada cierto tiempo) y ella, muy acertadamente, me recomendó un ensayo de Galaxia Gutenberg: Desde los bosques nevados. Memoria de escritores rusos, de Juan Eduardo Zuñiga. No sería necesario decir que me faltó tiempo para encargar un ejemplar.

Hoy, al fin, me ha llegado el libro. Y aprovechando esas horas del mediodía en las que el calor aleja a los clientes de la tienda y la librería parece una biblioteca silenciosa, me he sentado y he realizado el ritual que siempre suelo hacer cuando un nuevo libro cae en mis manos: abrirlo por cualquier página, detener la vista en un párrafo al azar y leerlo. Es una magnífica manera de enamorarte  de una obra.

Así que he abierto el libro y esto es lo que me he encontrado: Chéjov, La Gaviota y una de las anécdotas más hermosas que jamás haya leído.


"Una escritora de San Petersburgo, Lidia Avílova, de veinticuatro años, casada, estaba enamorada de él. En cierta ocasión le envió como regalo un medallón de los que antes se colgaban de la cadena del reloj que cruzaba el chaleco, y había hecho grabar en una de sus caras el título de una antología de Chéjov y en la otra cara: "Página 267, líneas 6 y 7". 
Recibiría este regalo el escritor y es lógico pensar que buscaría la página y las líneas que ella le indicaba. Encontró que correspondían a la frase de un cuento suyo: "Si un día quieres mi vida, ven y tómala." Era una explícita y elegante declaración de amor."

Que me aspen si no he sentido un deseo imperioso de cerrar las puertas de la tienda, sentarme en una esquina y leer de un tirón el que intuyo es un maravilloso regalo de Juan Eduardo Zuñiga a todos los amantes de la literatura rusa.

Que venga el domingo con sus horas libres para la lectura; que venga pronto.

miércoles, 6 de junio de 2012

A Ray

Adiós, Maestro.  Qué huérfanos nos hemos quedado...

Pero yo me quedo, aún, con su desbordante y bello lirismo: el húmedo planeta Venus en el que no cesa de llover, y donde solo se ve el sol una hora al año (la hora fulgurante de todas las magias), o esa nave de terrícolas, convenientemente refrigerada, que viaja al Sol, para por medio de una larga cuchara, arrancar de su masa incandescente un pedazo del astro rey. [...] Bradbury cómo no. ¡Cuántos bellos estíos!


LUIS ANTONIO DE VILLENA.

martes, 29 de mayo de 2012

Ved, mi Capitán...

"¡Oh, Capitán! ¡Mi Capitán! Terminó nuestro espantoso viaje,
el navío ha salvado todos los escollos, hemos ganado el premio codiciado,
ya llegamos a puerto, ya oigo las campanas, ya el pueblo acude gozoso,
los ojos siguen la firme quilla del navío resuelto y audaz..."

WALT WHITMAN. Por Pedro.

martes, 22 de mayo de 2012

En el aniversario del nacimiento de Conan Doyle, salvemos Undershaw

Tal día como hoy nació, hace ciento cincuenta y tres años, Arthur Conan Doyle, ese escritor que tan buenos momentos nos ha hecho pasar a muchos desde la infancia. Amigos como Homo Libris ya le han hecho un cariñoso homenaje y yo quiero unirme a ellos. Pero me gustaría, en este caso, hacerlo de una manera un poco especial. Por eso me gustaría hablar de "Save Undershaw".

"Save Undershaw" es el nombre de una iniciativa para recoger firmas en contra de la destrucción de Undershaw, una casa situada en Surrey, Inglaterra, diseñada por el propio Arthur Conan Doyle y donde vivió una temporada, además de escribir allí "El perro de los Baskerville" y "El regreso de Sherlock Holmes". Desde 1935 y durante setenta años se convirtió en un pequeño hotel con restaurante, visitado por los admiradores de Sherlock Holmes y de Conan Doyle, pues la mayoría de las cosas originales se dejaron tal y como estaban durante la estancia del escritor. En 2004 Undershaw se vendió a una constructora, que  lo único que hizo fue dejar la casa abandonada a merced del vandalismo y las inclemencias del tiempo. En 2010 se le concedió permiso a dicha constructora para convertir Undershaw en unas cuantas casas adosadas. Si esto ocurre, Undershaw se destruirá y ya no quedará nada para los fans de Conan Doyle y su famoso detective.

La Undershaw Preservation Trust (de la cual Mark Gatiss, co-creador y actor de la serie Sherlock de la BBC, es patrocinador) protestó contra ese plan y por ahora el proyecto está pendiente de una resolución judicial que se celebrará, en teoría, mañana 23 de mayo.

El tiempo apremia, pero se está llevando a cabo una campaña de recogida de firmas hasta última hora para poder presentar y alegar que hay mucha gente en todo el mundo que no quiere que se pierda una casa que es patrimonio universal. Cuantas más firmas se recojan, más apoyo tienen para presentar en la revisión judicial de, repito, mañana. 

Todos los seguidores de Conan Doyle sabemos, como bien recuerda esa graciosa tira cómica con la que empezaba esta entrada, que el pobre acabó hasta las narices del personaje que le dio la fama. ¿Pero no sería bonito que la gente que descubrimos (como es mi caso) la literatura de Arthur Conan Doyle gracias a Sherlock Holmes aportemos, aunque sea a última hora, nuestro pequeñísimo grano de arena para conservar Undershaw tal y como fue diseñada por el escritor?

Si queréis firmar contra la destrucción de Undershaw, aquí está la petición. Es muy sencillo: tenéis que poner nombre, e-mail y país de residencia y, si os apetece, un comentario. Para más información sobre el proyecto, su web es:


¿No os parece que ayudar a salvar Undershaw es una maravillosa forma de celebrar el aniversario de Conan Doyle? Pues entonces, ¡adelante!: firmad, rebloguead, twittead y difundid.



miércoles, 2 de mayo de 2012

Otros mundos y nuestra particular Tardis

Si la librería en la que trabajo fuera mía, este cartel decoraría alguna de sus paredes. Sin dudarlo. ;)

domingo, 25 de marzo de 2012

Sobre el eclipse de las Humanidades

Imagino que mucho se ha dicho ya sobre la famosa reforma que el ministro Wert pretende hacer en los estudios universitarios. Entre todas las cosas que ha comentado, retumba en mi mente esa idea suya de eliminar las carreras que no lleguen a un mínimo concreto de alumnos por clase.

Es evidente que hay muchas cosas que reformar en la universidad española, pero la imposición de un mínimo de alumnos puede suponer la muerte de determinadas carreras de Letras, especialmente la de filologías como la mía, la Clásica. Estamos, desde luego, ante un panorama bastante desalentador.

Hay una lectura que en los últimos meses se ha convertido en una pieza fundamental en mis conversaciones, un libro al que vuelvo de continuo, releyendo fragmentos, reflexionando sobre ellos. Estoy hablando de Adiós a la universidad del catedrático Jordi Llovet, editada por Galaxia Gutenberg. Vuelvo esta noche una vez más a ella para dejar aquí constancia de uno de sus párrafos que mejor explican lo que muchos queremos explicar (y no sabemos expresar con palabras) sobre la situación actual de nuestros estudios.

"Las relaciones entre la institución universitaria y la sociedad deben ser consideradas en un sentido doble: la universidad debe proporcionar a la sociedad los profesionales que esta necesita para la buena marcha de muchos niveles de su funcionamiento y de la vida cotidiana (economistas, abogados, médicos, farmacéuticos, físicos y químicos, arquitectos e ingenieros), y la sociedad debe proteger y promocionar la formación de todos los estudiantes, tanto los de aquellos grados que presentan una clara inserción en el campo sociolaboral, como los de aquellos que pertenecen a terrenos que escapan a toda, o casi toda, inserción pragmático-lucrativa en la sociedad (maestros, profesores de todo tipo, filósofos y pensadores, eruditos, críticos literarios, supervisores de ediciones, artistas, músicos, dramaturgos, etcétera). Se ve enseguida que las profesiones que vinculan a la universidad con la sociedad dentro de los parámetros de su progreso económico y de su bienestar material forman un ramo privilegiado, al menos en el sentido que sigue: rara vez la sociedad se ha preguntado qué es lo que estudian o a qué se dedican, por ejemplo, los estudiantes de medicina o de arquitectura; todo el mundo acepta que los primeros se forman para ofrecer, andando el tiempo, un servicio sanitario imprescindible -curar un resfriado, ahorrarle a uno las molestias de una colitis ulcerosa o vacunar a la población contra la viruela- y que los segundos se preparan para levantar edificios que guarden lo horizontal, en los que no entre el agua y que no se tambaleen.

Por el contrario, las profesiones o los estudios que desembocan en un especialista en la obra de San Agustín -sirva también de ejemplo-, un decodificador de restos de epigrafía escritos en la lengua más extraña que quepa imaginar, un investigador en la formación del espíritu burgués del siglo XIX, un apasionado traductor de la obra de Proust o Dostoyevski, un estudiante ensimismado en las claves más secretas del pensamiento de Heidegger, y, en el "peor" de los casos, un hombre o una mujer dedicados durante toda su vida sencillamente al estudio, estas dedicaciones son vistas con un enorme recelo por aquellos que, al por mayor pero con un escaso margen de error, llamamos "la sociedad".

La fundación psicosociológica de Europa está tan arraigada en el fundamento cristiano de "hacer el bien a la Humanidad" y en la ley calvinista de "hacer uno todos los negocios y enriquecerse cuanto pueda en esta vida", que no es de extrañar que, a medida que el sistema económico y el ordenamiento legal de las sociedades occidentales ha "progresado", se haya producido la tendencia, cada vez más imparable, a considerar que los representantes de la primera lista de las dos que acabo de apuntar arriba son personas deseables, socialmente y espiritualmente hablando, mientras que los representantes de la segunda lista son perfectamente prescindibles, inútiles desde el punto de vista de los actuales sistemas de producción y, en el límite, sospechosos o indeseables: se trata de una actividad residual -tan residual como deben serlo ya para mucha gente Eurípides, Jordi de Sant Jordi, Francisco de Aldana, Hume, Leskov o Paul Celan."

JORDI LLOVET, Adiós a la universidad.

Que levanten la mano los estudiantes de Letras que no se han sentido identificados al leer estas líneas. ¿Crisis económica? Al igual que Martha Nussbaum, creo que el tema es más grave: nos encontramos ante una gran crisis mundial de educación.

miércoles, 21 de marzo de 2012

A un desconocido




"¡Desconocido que pasas! No sabes con cúanto ardor te contemplo,
Debes ser el que busco, o la que busco (esto me viene como en sueños),
Seguramente he vivido contigo en alguna parte una vida de gozo,
Todo se evoca al deslizarnos el uno cerca del otro, fluidos, afectuosos, castos, maduros,
Tú creciste conmigo, fuiste un muchacho conmigo o una muchacha conmigo,
He comido contigo y he dormido contigo, tu cuerpo ha dejado de ser sólo tuyo y ha impedido que mi cuerpo sea sólo mío,
Tú me das el placer de tus ojos, de tu rostro, de tu carne, al pasar; tú me tocas la barba, el pecho, las manos, en cambio,
No debo hablarte, debo pensar en ti cuando esté sentado solo o me despierte solo en la noche,
Debo esperar, no dudo que te encontraré otra vez,
Debo cuidar de no perderte."

WALT WHITMAN.

Felíz Día Mundial de la Poesía.

martes, 13 de marzo de 2012

Martha Gellhorn y sus viajes al infierno

Una de mis figuras favoritas del siglo XX es, sin duda alguna, Martha Gellhorn. "¿Quién?", suelen preguntarme nada más nombrarla. Qué lástima que se conozca tan poco a esta mujer...

Mi primer contacto con Gellhorn fue a través de un trabajo que hice sobre ella en la universidad, para Historia de Europa en el siglo XX. Leí sus crónicas recopiladas por Debate en El rostro de la guerra con auténtica devoción; su personalidad traspasaba el papel.

No tuvo que ser nada fácil, en los tiempos que le tocó vivir, dedicarse al periodismo de guerra siendo una mujer. Pero ella pudo con todo y, fiel a su espíritu libre y decidido, tuvo una brillante carrera que duró más de sesenta años: la Guerra Civil Española (sus peripecias en compañía del que fuera su marido durante cinco años, Ernest Hemingway, son relatadas con maestría por Paul Preston en Idealistas bajo las balas), la Segunda Guerra Mundial, Vietnam, Panamá, El Salvador... Una trayectoria como corresponsal verdaderamente admirable.

A finales del año pasado Altaïr conseguía llenar parte del hueco bibliográfico que sobre su obra hay en este país editando Cinco viajes al infierno, donde se agrupan varios de sus mejores relatos de viajes y que aguarda en mi mesilla para su lectura, espero que no a mucho tardar.

Y hace unos meses me enteraba con entusiasmo de un proyecto de la cadena HBO sobre la vida de esta gran mujer. El teaser trailer oficial ya está en la red y su estreno será este mayo. Me muero por ver el resultado de todo esto, pero tengo que admitir que el adelanto ya me ha conquistado. Dirigida por Philip Kaufman, Nicole Kidman y Clive Owen se ponen en la piel de Gellhorn y Hemingway en un trabajo que, según la crítica y el resultado de los primeros pases, se perfila como posible ganador en los próximos Emmys. ¿Y quién no tiene curiosidad por ver cómo reflejan la España del treinta y seis? ¿Aguantará HBO el nivel? ;)



Si esto sirve para que en España se descubra la potente figura literaria de Martha Gellhorn, habrá merecido la pena.

miércoles, 29 de febrero de 2012

Queridos clientes: ¿Por qué tanto odio?

"Quiero un libro bonito. Por fuera y, claro, por dentro. No sé, un libro bonito pero de esos que merecen la pena conservar. Pero de bolsillo, ¿eh?, que no me quiero gastar mucho en libros. Vamos, un libro bonito, pero que dé que pensar. Y que no sea triste. Pero que te enseñe algo. Pero que no sea complicado de leer, ¿eh? ¿Que qué me gusta? Pues las historias bonitas. ¿De libros? ¡No recuerdo ni cuál fue el último que leí! En realidad, no suelo leer, pero quiero un libro especial. ¿Policiaco, histórico? ¡Si no sé casi ni diferenciarlos! ¿Románticos? No sé... Es que yo no suelo leer, ¿sabes? Pero me apetece un libro bonito. ¿Me explico?"

NO.

martes, 14 de febrero de 2012

Beloved Holmes

Hace años tenía la costumbre o tradición de leer un relato de Sherlock Holmes al año. La última vez que lo hice, el año pasado, me decanté por Estudio en escarlata durante un viaje a Londres. Hace unas semanas, con el fin de la segunda temporada de Sherlock me decidí a tomar de mi estantería el Todo Sherlock Holmes de Cátedra y disfrutar cronológicamente de cada una de las aventuras que Conan Doyle escribió de mi detective favorito.

Es curioso comprobar cómo con el paso del tiempo descubres nuevos detalles y ves al héroe de una manera diferente. Y es maravilloso descubrir que nunca dejas de amar a tus personajes predilectos.

De pequeña me gustaba el Sherlock Holmes de dibujos animados. Descubrí la obra de Conan Doyle por primera vez de la mano de una vecina y su ejemplar de Las aventuras de Sherlock Holmes, en aquella colección blanca de Tus Libros de Anaya que tanto nos marcaría la infancia a algunos. De adolescente, adoraba al Holmes de Peter Cushing muy por encima del de Basil Rathbone, y que Homo Libris me perdone. ;) Me hizo gracia el Sherlock de Robert Downey Jr. en su primera película, algo steampunk y exagerado pero encantador a su manera. Y, cómo negarlo, Benedict Cumberbatch me ha enamorado con su adaptación contemporánea: todo un ejemplo de mimetización con el personaje; una belleza y una actuación memorables como pocas.

Pero que los dioses y el fandom más joven me perdonen -y tú, querido Cumberbatch-: esta noche he redescubierto a mi otro Holmes de adolescente y he vuelto a enamorarme como una quinceañera. Siempre dije que no podía decidir entre Peter Cushing y él, aunque en el fondo pensara que Cushing era mi Sherlock, pero ahora debo retractarme...

La quintaesencia del detective de Baker Street es, sin duda alguna, Jeremy Brett: él es El Sherlock Holmes.
¡Y su voz! ¡Ah, su maldita maravillosa voz! (Un rasgo sherlockiano en común con Cumberbatch, desde luego).





¡Cómo no lo vi claro antes! Con quince años o yo estaba demasiado enamorada de todos los actores de las películas de terror clásicas (Cushing, Christopher Lee, Vincent Price), o andaba demasiado ciega para darme cuenta de ello. Cushing era demasiado majete para ser fiel al canon: Jeremy Brett nos mostró por fin a ese Holmes neurótico, egoísta, drogadicto, brillante, delicado a veces y mordaz e irritante siempre, de las historias de Conan Doyle.

Brett es el mejor Sherlock Holmes del mundo.





¡Dios, qué alegría da redescubrir estas pequeñas joyas! ^^

miércoles, 1 de febrero de 2012

Sobre eBooks y libros de papel que vuelan

La semana pasada tuvimos un cursillo de eBook en la librería. Una de las primeras preguntas que nos hizo el formador fue qué opinábamos nosotros, como libreros, del libro electrónico. Hubo un momento de silencio. Entonces le preguntó directamente a mi encargado, Pedro, quien no tuvo el menor problema en enumerar todas sus ventajas: capacidad para almacenar muchos libros en poco espacio, aumentar o disminuir el tamaño de la letra, ideal para viajes, etc., etc. "Pero", terminó añadiendo Pedro, "esto no es un libro. Un libro tiene papel, una portada, un olor, un tacto, un peso... Quizás soy un romántico, pero para mí esto no es un libro."

He recordado esta anécdota porque hace un par de días mi chico y yo entramos en una de las librerías de viejo más conocidas de Zaragoza y salí de ella con un pequeño tesoro. Se trata de una edición de los dramas de Schiller de 1906 con una tapa preciosa en relieve y unas páginas que, a pesar del tiempo transcurrido, te susurran: "perduraré".


No soy capaz de explicar la sensación que tuve nada más verlo, el enamoramiento que sentí cuando acaricié sus tapas, cuando noté su olor a libro viejo. Abrir sus páginas en casa y leer las palabras de Schiller ahí impresas me causa una emoción que no me la da el Sony Reader.

Ah, es una batalla perdida. Tal vez. Somos unos románticos y por eso vamos a desaparecer. Quizás. Pero ayer, cuando mi cuñada Olga me enseñó este corto que ahora mismo voy a compartir con vosotros, tuve la sensación de que somos muchos los que pensamos así. Es una maravilla el libro electrónico, desde luego, pero nada superará la sensación de pasear por una biblioteca y coger un libro y luego otro, y otro... Y, además, ¿los libros electrónicos podrían volar? ;)

Señoras y señores, les presento The Fantastic Flying Books of Mr. Morris Lessmore, uno de los cortos que optan al Oscar este año. Y acepten un consejo: tengan un paquete de pañuelos al lado.

martes, 24 de enero de 2012

Las cataratas del Reichenbach

Terminó la magnífica y perfecta segunda temporada de la adaptación televisiva de Sherlock Holmes de la BBC. Pero, mientras muchos esperamos con ansiedad la tercera, un movimiento ha empezado en las red y en las calles. Carteles y pintadas en Inglaterra, Italia, Estados Unidos, Islandia, Alemania... Investigad, investigad, que la cosa está cobrando mucha fuerza.




¿Qué pensaría Conan Doyle de todo esto? ¿Se acordaría de cuando sus lectores le torturaron luciendo crespones negros y ellas vistiéndose de luto? ¡No me digáis que no es encantador!



Vive la révolution! XD