lunes, 30 de noviembre de 2009

La creación de lo sagrado

Hace unos días ya os comenté que estaba enfrascada en la apasionante lectura de La creación de lo sagrado (dejando un poco de lado, tengo que admitirlo, las dos lecturas de García Gual y Ian Morris para un trabajo, y eso que aún me falta empezar la apasionante biografía de Atenais, ¡no tengo remedio!). Pero es que Walter Burkert es mucho Burkert, y bien se merece su obra toda la atención posible.


Este gracioso filólogo clásico, profesor de Historia de las Religiones y de filosofía griega en Zúrich, ha visto este año por fin editada en castellano la obra de la que os hablo, que él publicó en su idioma original... en el 96. Así va la publicación de ensayo especializado en este país... ¬¬ ¡Pero en fin! La espera ha valido la pena.

Como ya expliqué brevemente en una entrada anterior, La creación de lo sagrado destaca sobre otros ensayos suyos porque es muy fácil y ameno de leer. Por mucho que me guste Burkert, este anciano señor (que los dioses nos lo mantengan en este mundo por mucho tiempo, que nació en el año 31 y ya tiene una edad) es muy dado a crear preciosas obras muy enrevesadas y filológicas que, si no eres un especialista en el mundo griego, admito que son complicadas de leer. El caso es que este libro no es así.

La creación de lo sagrado parte de la premisa de intentar aclarar las raíces antropológicas y biológicas de las religiones, partiendo de las más antiguas (es lógico y obvio, dada su especialidad universitaria) hasta las más modernas, con curiosos y divertidos ejemplos: desde los sacrificios en la Ilíada, pasando por la quema de brujas o el descubrimiento de reliquias durante la Edad Media, hasta la castración como signo identificativo de una secta cristiana actual rusa, o la todavía viva tradición en el norte de Grecia y los Balcanes de leer el homoplato de la oveja que acaba de ser sacrificada para comer, sólo por dar algunos datos.

Para mí, lo más interesante de todo el libro ha sido los capítulos dedicados a la relación entre el cuento y el mito (contando que estoy haciendo un trabajo para clase al respecto, en concreto sobre Perseo, Prometeo y Ulises, esto ha sido una grata sorpresa y me ha venido de perlas, para qué negarlo XD). Burkert nos habla del famoso patrón de Propp de su obra Morfología del cuento y nos lo adapta a historias como la epopeya de Gilgamesh o los viajes de Ulises. Una auténtica maravilla.

Por cierto, en esta parte del libro, titulada "El núcleo del cuento", me encontré con unas líneas maravillosas. A propósito de la búsqueda de Gilgamesh de la planta para conseguir la inmortalidad (y que luego se la comerá una serpiente mientras él duerme), leo:

"La búsqueda ha sido un fracaso. Desde entonces las serpientes se libran de la vejez deshaciéndose cada año de su piel vieja, mientras que los hombres siguen sujetos a la muerte. Una sabiduría pesimista supera el optimismo inherente al relato."

Y aquí, un pie de página:

"Gilgamesh, [traducción tal, páginas tal]. La búsqueda que finalmente fracasa es uno de los patrones favoritos de las películas. Una inversión original del cuento de búsqueda es también la inventada por J.R.R. Tolkien, El Señor de los Anillos (Londres, 1954-1955). La búsqueda no es para obtener, sino para deshacerse de un objeto de poder."

No puedo describir con palabras lo que sentí cuando vi que alguien a quien admiro tanto como Burkert hablaba en un ensayo serio sobre Tolkien: la vida pone a cada uno donde se merece. ^^

Cuestiones tolkiendilis y epopéyicas aparte, Walter Burkert hace un repaso interesante de otros temas de relevancia en las religiones: la jerarquía religiosa, el chamanismo, los ritos expiatorios, los sacrificios y el curioso mundo de los signos. De este último, habla especialmente de la adivinación, el juramento y de la ordalía, un tema antropológico que siempre me ha parecido la mar de curioso.

La ordalía es una de esas pruebas extremas a las que un sujeto se ve sometido para demostrar, por ejemplo, su inocencia ante una acusación, y en la que la divinidad debe hablar a través de la naturaleza por medio de un signo evidente. Por ejemplo: beber veneno y, si eres inocente, no morirás gracias a tu dios. En fin... Generalmente se realizaba a través del agua y del fuego (todos recordamos la quema de brujas o, en Los caballeros de la mesa cuadrada, el momento de la bruja y el río, ¡ja, ja, ja!). Aunque claro, en la realidad, la cosa no era tan divertida. Este capítulo ha sido también, para mí, tanto por su interesante campo de estudio como por sus anécdotas, uno de los más entretenidos junto a los del cuento y el mito.

Burkert nos habla a través de las páginas de este libro de la tradición, de la importancia de la ansiedad (super interesante) y la autosugestión en los credos; del peso evidente de la biología pero también de nuestras diferencias con el resto de los animales y, en especial, de los monos, y nos deja una curiosa reflexión final:

"Si éste ha de ser el futuro, es posible que la religión, atrapada entre la naturaleza y la red, deje de funcionar; es decir, la religión en el sentido de comunicación seria y no obvia, basada en las precedentes estructuras de sentido de la vida. El ritual colectivo podría ser suplantado por juegos electrónicos autogeneradores en el mundo nuevo de la realidad virtual. Sin embargo, en la medida en que no es posible abolir la base biológica de la vida, la realidad "real" se hará sentir una y otra vez contra sus imitaciones virtuales. Más inquietantes son quizás las probabilidades y los peligros de la regresión, de un renacimiento del fundamentalismo e incluso del primitivismo. Los contenidos y las perspectivas de la religión siguen siendo totalmente problemáticas, y también fascinantes. Aun en un mundo dominado por la tecnología autocreada, los humanos no aceptarán con facilidad que las construcciones de sentido que se extienden hacia lo invisible no son otra cosa que proyecciones creadas por nosotros mismos, y que del universo que nos rodea no se perciben más señales que las irregularidades resonantes del primer big bang."

Habiéndose escrito esto en el año 96 y estando el mundo ahora mismo como está, que cada cual reflexione. Os invito con total fervor a leer este maravilloso libro de uno de los grandes especialistas en la Grecia Antigua del siglo XX.

Yo, ahora (y que me perdonen Carlos García Gual, Ian Morris y mi profesor de Griego), me voy a la caza y captura de otra de sus joyas, ésta publicada en el 2001:

¡Gracias, una vez más, Acantilado!

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Cuando las cuentas no salen

De verdad, hay veces que no me salen las cuentas. Pero por ningún lado. Desde hace casi tres años que trabajo en la librería me viene sorprendiendo y haciendo sospechar lo prolífico que es, en nuestro país, el autor César Vidal.

Yo no sé cómo trabaja este hombre, pero viendo el ritmo de sus publicaciones (generalmente uno o dos libros por mes)... ¡Es que este tío no debería ni dormir! Pongamos un ejemplo: en dos semanas y media, me han llegado cuatro libros nuevos suyos:

- Los primeros cristianos.
- Mitos y falacias de la Historia de España.
- Regreso al camino del Sur.
- Historia de España 2, a medias con Jiménez Losantos.

Bien; quitando el hecho de que este último está escrito junto a otra persona y suponiendo que Regreso al camino del Sur sea una edición especial de Camino del Sur con cd de música sureña (aunque pone que es una continuación...), dos libros nuevos en dos semanas -y no precisamente delgados-, me parece una barbaridad. Y es que es así prácticamente mes a mes. Ya nos hemos dado cuenta en la tienda de que, evidentemente, el tío es inteligente: algunos de sus libros son resúmenes o mezclas de otros anteriores; pero aún así. O hay negros de por medio o este hombre no duerme, en serio.

No voy a hacer cuentas matemáticas. Paul Preston ya lo hizo por mí en un gracioso prólogo, en plan: "De tal a tal año, el señor Vidal escribió no sé cuántos libros, lo que da una media de tantos libros por mes." A ver si encuentro el dato concreto en otro momento, pero era una salvajada. Yo no niego la capacidad intelectual de nadie pero hay veces, con datos en la mano, que una duda, evidentemente.

Vamos, que la próxima vez que se acerque este buen hombre a la librería (y suele venir a menudo), como esté yo le voy a preguntar educadamente, y sin ningún tipo de choteo, cuál es su ritmo de trabajo o su secreto. Por aquello de entender. O quizás es que el secreto de César Vidal es El Secreto: quizás ha aprendido a utilizar la Ley de la Atracción en su trabajo... ;)

Menos mal que la expedición de mercancía de ayer me dio alguna alegría (ya no sé ni dónde colocar los libros de Vidal): Siglo XXI ha reeditado Mito y sociedad en la Grecia Antigua, de mi venerado Jean-Pierre Vernant. ¡Mil gracias! Con noticias como esta última, da gusto trabajar.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Percy Jackson y los dioses del Olimpo

Había una vez un profesor de latín, Rick Riordan, que un tanto cansado de que sus alumnos no se interesaran por los mitos griegos (¡Analfabetos! XD), decidió escribir una historia mezclando la vida de un chico del mundo actual con los antiguos dioses clásicos. ¿El resultado? La trilogía que en España editó Salamandra, Percy Jackson y los dioses del Olimpo.

Hace unos meses me leí el primer libro, por aquello de saber qué lecturas ambientadas en el mundo clásico recomendar a padres y/o profesores. Se trata de El ladrón de rayos, en el que Percy descubre por accidente que su verdadero padre es Poseidón y que, para evitar una muerte más que segura ahora que ha sido descubierto (el pacto que tenían los antiguos dioses de no tener más hijos se lo saltan a la torera, como siempre, y las pobres criaturas son las que sufren las cóleras divinas), tiene que asistir a un campamento de jóvenes héroes semidioses (hmmm, cierto tufillo a Hogwarts pero veraniego) en el que le ayudarán a sobrevivir y le encargarán, además, una misión para restaurar la paz entre los "amables" dioses del Olimpo y salvar a su madre. Y hasta aquí voy a leer.

Una amiga mía, licenciada en filología inglesa y especializada en literatura juvenil, me recomendó la saga para chavales. Yo tengo que decir que el primer libro estaba entretenidillo, pero le faltaba algo de chispa, en mi opinión. Supongo que sería más justo darle la oportunidad debida al resto en su idioma original, pero hay tanto que leer que tengo cierta pereza... Y eso que no me pareció una decepción como Corazón de tinta.

¡En fin! Que todo lo que sea acercar la mitología clásica a los más chavalillos, me parece bien. Los libros no son muy conocidos en España pero, ¡ah, cosas del destino!, quizás ahora sí que lo sean: Chris Columbus ha rodado una película del primero y ya tenemos el trailer. Y no tiene mala pinta, la verdad. Aunque, claro, teniendo a Uma Thurman como Medusa, a mí ya me parece todo bien, je, je, je. ¡Y creo que la gran Catherine Keener hace de madre de Percy!

...

¡Bueno, está bien! ¡A quién pretendo engañar! Que sale Sean Bean, leñe. Mi hombre, mi Boromir, mi Odiseo... ¡Y ahora como Padre de los Dioses! ¡Guapísimo! Otra vez mis hormonas femeninas se alteran, ¡por el amor a Zeus (nunca mejor dicho ^^)! Así que me veo en la obligación de poner el trailer, con el deseo de que la película atraiga lectores a los libros e interés por la mitología clásica... Y que a nosotras, queridas lectoras, nos anime unas horillas con cierta visión divina, ¡ja, ja, ja! Aunque eso signifique torturar a novios. ;) Manu ya está curado de espanto: intercambiamos, de hecho, visionados de películas de espartanos por películas de sangre y vísceras. Estos pequeñas detalles que se conceden por amor. XD

¡Ale, a disfrutar! (Aunque luego la película pueda resultar una auténtica ponzoña! ;)

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Sobre religión

Ángel, mi compañero de Comunicación, me dijo el otro día que le encantaba echar un vistazo a la parte de mi mesa de Humanas destinada a Divulgación Científica, Psicología y Espiritualidad porque "va desde lo más alto del ser humano a la basura más putrefacta que ha podido escribir." Y la verdad es que no puedo estar más de acuerdo. ^^ La parte de Espiritualidad, de hecho, es un revoltijo de novedades que va desde las ciencias ocultas pasando por los ensayos de religión hasta mis "queridos" libros estilo El Secreto.

Bien. Llegada esta época prenavideña, me da pampurrias la cantidad de ponzoña "espiritual" y astrológica que me llega, de novelas estilo Brian Weiss o de obras de la nueva era para modernetes de autores del palo de Tolle o Alex Rovira. Pero yo no me rindo fácilmente, como en la parte de Historia. Así que a la avalancha de nuevos títulos de este palo contraataco pidiendo libros de buenos ensayos de religión porque, puestos a tener que destacar no me da la gana de que, al menos, yo no pueda dejar mi pequeño granito de arena para que grandes libros merezcan ser descubiertos mientras la gente pasea por nuestras secciones.

Soy una persona de mente abierta y me preocupo por buscar libros de todas las religiones interesantes y de dar cabida a todas las opiniones. Pero últimamente he conseguido varios libros sobre cristianismo de los que no puedo evitar hablar aquí, porque me parecen la mar de atractivos.

Pero antes de esto, una nueva joyita de Acantilado: la edición de La creación de lo sagrado de mi queridísimo Walter Burkert, uno de los expertos en religión griega que más admiro en los últimos años. En este caso y, a pesar de que el señor Burkert no puede evitar no dejar de lado su gran pasión por lo griego, lo que trata de explicar en este último libro es la razón antropológica del ser humano para la existencia de la religión, tanto en el pasado como en el presente, haciéndose eco de los últimos estudios en el campo de la antropología y de la biología (citando a Dawkins y su llamado gen egoísta, por ejemplo). Una maravilla de libro que estoy teniendo el enorme placer de leer ahora mismo. ^^

Y ya que acabo de nombrar a Dawkins, en esta mesa no puede faltar su polémico libro El espejismo de Dios, que algún día de estos abandonará mi lista de "próximos libros a leer" y caerá de una vez, caerá.
En la onda de Dawkins, hay otros libros de científicos o escritores en favor del ateísmo que suelo tener bien visibles. Por ejemplo, Por qué no podemos ser cristianos del matemático Odifreddi, o los libros de Christopher Hitchens Dios no es bueno y Dios no existe.

Pero claro, una cosa es darles un hueco y otra no dárselo a obras que mantienen una postura totalmente opuesta. En este caso también tengo algunos autores por los que, lo admito, siento una gran debilidad. A priori, siempre destaco las obras de religión de H. Kung, Carlo María Martini, Anselm Grün y el gran especialista en el cristianismo primitivo de España, el profesor Antonio Piñero. Su alter ego internacional, el maravilloso Bart D. Ehrman, acaba de ver publicada en nuestro país su obra Cristianismos perdidos. Los credos proscritos del Nuevo Testamento, y gracias a una buena exposición se está vendiendo muy bien. Para mí, un best seller de Humanas, de la manera pequeña e insignificante en que un libro de ensayo puede ser un éxito de ventas en mi librería. ;)

Otra gran experta en Historia de las religiones es Karen Armstrong. ¡Grande, muy grande! En bolsillo acaba de salir su Orígenes del fundamentalismo en el judaísmo, cristianismo y el islam, y acaba de ver la luz su último ensayo, En defensa de Dios, un alegato en favor de la fe en estos tiempos que corren.

¿Más novedades? Claro que sí. Los guardianes de las puertas del cielo, de Roger Collins, que es una historia general del papado, por poner otro ejemplo.

Pero, yo lo siento, hay un libro recién salido que ya está destacado con el tomanota de "imprescindible" en mi mesa. Se trata de Por qué soy católico, de mi querido Chesterton, que ha visto la luz gracias a la editorial El buey mudo.

Que tengo debilidad por Chesterton, lo admito, tanto como novelista como ensayista. Siempre es un placer leerle. En este caso, este libro me parece sumamente interesante porque por primera vez vemos reunidos en un único tomo todos sus ensayos religiosos desde que se convirtió al catolicismo en 1922. Si alguno de vosotros ha leído El hombre eterno, seguro que este libro os resultará interesante, aunque el primero es más filosófico. Creo que, de hecho, ambos pueden resultar atractivos incluso para personas que no compartan sus ideas o sus creencias. Siempre me ha gustado la manera simple y emotiva con la que Chesterton hablaba de su fe, con total honestidad. Como cuando comenta sus obstáculos hasta su conversión, por ejemplo. Me recuerda mucho a las dudas de C.S. Lewis tras la muerte de su mujer relatadas en Una pena en observación. Como bien explica la contraportada, estos breves artículos son las respuestas que el autor inglés redactó para responder a las críticas que en su país, tan reacio a la Iglesia Católica, se le hicieron en su día.

Todos podemos tener nuestras ideas respecto a la fe, la religión, el ateísmo... Pero creo que leer sobre diferentes credos o ideas nos abre la mente y nos ayuda a ser mucho más respetuosos con lo que opinan los demás. Espero que estos libros aquí comentados os animen a echarles un vistazo; a pensar, a comprender, a formar ideas y sentimientos... Más libros de este palo y menos leyes de la atracción y seguro que podríamos hacer del mundo algo mejor.

Otro día hablo de libros sobre budismo y sobre el Islam, que hay algunos títulos que son auténticas joyas.

¡Y a leer a Chesterton! Si uno no se atreve con sus ensayos, pues con sus novelas, que son tremendas. ¡Pero hay que leerlo! XD

lunes, 16 de noviembre de 2009

J.R.R. Tolkien, guía para jóvenes

¡Mirad qué alegría me llevé la semana pasada! Revisando el material de ensayo sobre Tolkien de nuestra base de datos (alguien se tiene que preocupar por reponer los libros realmente interesantes, hombre), va y me encuentro con esta sorpresa: la edición en castellano de J.R.R. Tolkien: guía para jóvenes de Andrew Blake, recién salidita de la editorial. ¡A ocho euros noventa y cinco! Comprenderéis que me vi en la obligación de pedir ejemplares para la tienda y uno para mí, por supuesto; por aquello del coleccionismo fanático de todo lo relacionado con el Profesor. ;)

A priori, se me ocurrían muchas preguntas. Estaba dado de alta como juvenil, a partir de doce años. ¿Sería una buena guía? ¿Sería amena para los chavales? Y, lo más importante: ¿Vendría con bibliografía?

Pues bien, todas mis dudas se vieron resueltas el jueves pasado. La guía es pequeña, sí, pero muy bien condensada. Para niños de doce años de estos tiempos que corren, no sé yo... Pero el intento es bueno. Cada capítulo se centra en una parte concreta: biografía, Tierra Media, obras menos conocidas, ensayos (¡Habla de Los monstruos y los críticos, por amor de Dios!), de las influencias que inspiraron a Tolkien, etc. Vamos, completísima. Con un cuadro resumen al final de cada capítulo recordando lo más importante, amén de un glosario en sus últimas páginas por si se desconocen determinados términos ("filología" o "feudalismo", por poner sólo unos ejemplos algo tontos, pero son los que ahora recuerdo), bibliografía e índice temático.

Y, en fin, un libro sobre Tolkien para jóvenes que hable de William Morris, el Kalevala, las Eddas, Homero, el Mabinogion y que recomiende la lectura de los libros de Tom Shippey y Joseph Pearce (junto a las fuentes literarias de Tolkien como las ya nombradas y Beowulf o Sir Gawain y el Caballero verde), sólo puede tener mi bendición. Y un gracioso detalle más: viene hasta cómo hacerse de la Sociedad Tolkien... Inglesa. Pero eso ya lo hemos arreglado Seler y yo con nuestras tarjetitas de la STE maña, ¡je, je, je! ;)

Así que arreando, que es gerundio: todos a la librería más cercana a comprar esta pequeña joyita. Y luego, a regalarla a un sobrino, a un hijo de unos amigos, a un hermano pequeño, a uno mismo... Todo sea por un fin literario y por el buen conocimiento de la obra del Profesor. XD

jueves, 12 de noviembre de 2009

¿Cómo influye el cine en la publicación editorial?

Venga explicado desde el principio que esta entrada es una mera tapadera para poner al final el vídeo que quiero compartir con todos vosotros, je. Pero es una cuestión interesante: ¿Influye el cine, en este caso histórico, en las editoriales? Claro que sí. La proliferación de libros temáticos sobre las películas históricas de última hornada es, en los últimos años especialmente, muy evidente. Gracias al séptimo arte se han reeditado y publicado obras que igual, hasta entonces, eran de difícil búsqueda o de muy complicada publicación.

Pongamos unos pocos ejemplos que me vienen rápidamente a la cabeza:

1. El bodrio Alejandro Magno de Oliver Stone: además de para ver a Angelina Jolie en plena belleza y disfrutar de Jared Leto y Jonathan Rhys Meyers con el pelo largo (no le veo otro atractivo a esta película), varias obras se publicaron con gran éxito de ventas. Se reeditaron, por ejemplo, la saga Alexandros de Manfredi, la novela de Gisbert Haefs o, en el ámbito de la biografía, el maravilloso ensayo de Mary Renault, el del señor Paul Cartledge (uno de mis favoritos en cuestión de ensayo didáctico sobre la Antigua Grecia para el gran público) o, la perfección absoluta: la premiada biografía de Robin Lane Fox, el niño de mis ojos.

Por supuesto, en España no podíamos ser menos: J. Ángel Mañas publicó su novela El secreto del oráculo, que hace nada ha salido en edición de bolsillo. Algún día de estos, por cierto, me la leeré, a ver qué tal está.

2. La épica 300, basada como todos sabemos en la novela gráfica de Miller y de la que no puedo evitar poner una foto para disfrute del público femenino. ;)

Aquí la cosa tuvo mucha más influencia. Para mi alegría, asistimos a la reedición de La Batalla de las Termópilas de Diodoro de Sicilia y Heródoto (amén). Paul Cartledge, de nuevo, editó dos más que interesantes ensayos, Termópilas (que, por cierto, me parece fatal que en la edición de bolsillo aparezca un fotograma de la película, que no es serio, hombre) y hace muy poco su obra Los Espartanos. Magníficas las dos. Habla hasta del cómic y de la película, oigan, que es un profesor muy moderno. ;)

Y no quiero olvidarme de mi querido Tom Holland, que contribuyó a la temática de la época con Fuego persa. ¡Ahora descatalogado! Espero que sea porque se va a sacar la edición de bolsillo, hijos de... eso.
3. Troya: ¿Acaso esta película fallida iba a servir sólo para disfrutar de mi Sean Bean y de esas grandes actuaciones de Eric Bana y Peter O´Toole? Pues no, hombre, no. En novelas, tuvimos Helena de Troya de Margaret George, Troya de Haefs, las reediciones de La Guerra de Troya de Robert Graves y La canción de Troya de McCullough (ambas sobradamente recomendables). O la curiosa La Conjura de las reinas, del prolífico Manfredi. Aparte de poner de nuevo de moda ensayos clásicos como el del gran J. Lacatz, Barry Strauss publicó uno nuevo maravilloso:

4. Ágora: Elwen ya hizo una entrada fantástica sobre el boom que ha surgido a raíz de la espléndida película de Amenábar. Miles de novelas, entre las que destacaría las de Olalla García y José Calvo Poyato (La conspiración Piscis de Magdalena Lasala, caca). ¿Curiosidades? ¡Claro! ¿Qué tal una novela fantástica como la de Eduardo Vaquerizo, La última noche de Hipatia? Si es que esta filósofa sirve ahora para un roto y un descosido, como los zombies. ;) Pero si algo le agradezco a Amenábar es que gracias a Ágora se haya reeditado el mejor ensayo sobre Hipatia, el de María Dzielska en Siruela. ¡Gracias, gracias, gracias!

¿Que todo esto a qué viene? Pues a que, señoras y señores, ya está aquí el teaser trailer del remake de Furia de Titanes. Aviso que en el blog se corta parte de la pantalla del trailer, así que si os pica el gusanillo, el enlace para verlo en alta calidad es éste. Que vaya por delante que soy una adicta tremenda a la película clásica y a los efectos de mi amado Ray Harryhausen -del que se acaba de publicar un ensayo fantástico de cine y, por lo que me han dicho, hay una exposición itinerante sobre sus maquinitas pululando por ahí...-, pero es que me he emocionado tanto que no puedo evitar ponerlo aquí, ¡ja, ja, ja! ¿Servirá esta película para que la gente se acerque a la mitología clásica y que se nos llene la librería de ensayos y/o de novelas sobre ella? ¡Pues bienvenida sea! XD

P.D.: Como dijo Ardaleth el otro día, por fin una película en la que sabemos que Liam Neeson no muere porque, ¿acaso puede morir un caballero del zod... esto, Zeus? XDDDD

lunes, 9 de noviembre de 2009

Batman: Gotham después de medianoche


Nota cibernética a mí misma: no volver a leer nada de Batman escrito por Steve Niles. ¿Será que tuvo un día inspirado cuando creó Treinta días de noche? Porque empiezo a pensarlo seriamente...
Después de la basura que me estoy leyendo últimamente en cuestión de cómics, espero que el próximo (Superman/Batman: enemigos públicos) me alegre por lo menos una tarde. Porque Batman R.I.P., de Grant Morrison y Tony Daniel, mejor ni comentarlo. Jeph Loeb, por amor de todos los dioses, ¡tú no me falles!
En fin...

jueves, 5 de noviembre de 2009

Posesión

Hay veces que la Providencia te concede unos regalos maravillosos. Días y días de trabajo a lo burro, clientes a cada cual más impertinente cuando, de pronto, te encuentras con una persona a la que da gusto atender. Un cliente que te reconcilia con tu profesión y que, además, te descubre un libro que no olvidarás en la vida.

Estaba hace unas semanas esta servidora colocando libros en su sección cuando se acercó una mujer de mediana edad. No recuerdo su cara, ni si era rubia o morena; sólo que vestía un jersey gris y una falda larga y que me recordaba a una profesora que tuve de literatura algo bohemia, Sara. Se me acercó con una sonrisa y me preguntó si teníamos el libro Posesión de Byatt. Miré en la base de datos y comprobé que nos quedaban dos ejemplares de bolsillo. La señora estaba exultante. "¡Ah, qué alegría!", exclamó, "Me lo recomendó una amiga que es profesora de literatura inglesa y no había manera de encontrarlo por ningún lado".

Yo no recordaba haber escuchado nada de esa novela, sinceramente. Ni de haberla colocado alguna vez. Sí que conocía a Byatt por haberme fijado en otros libros suyos en la sección de literatura en inglés, pero concretamente no teníamos (ahora sí XD), esta novela en su idioma original. Así que me dirigí a bolsillo y pillé el libro de Anagrama para la señora. Lo primero que me llamó la atención fue el cuadro de Burne-Jones sobre Merlín que aparecía en su portada. Es una pintura que me encanta:


Rápidamente, le dí la vuelta mientras volvía hacia el mostrador y la cliente y leí "Coleridge" entre las líneas de la contraportada. Se me encendió el botón rojo de "alarma" en mi mente, el pulso se me aceleró. Cuando se lo entregué a la señora, ésta esbozó una amplia sonrisa de emoción. "Muchas gracias, guapísima. Me acabas de alegrar el día. Me voy corriendo a casa a empezarlo." Le agradecí el cumplido sonriendo también y, mientras ella subía las escaleras, corrí a bolsillo para hacerme con el otro ejemplar. Entonces sí que leí la contraportada con tranquilidad y decidí pillármelo para mí: algo me decía que no iba a arrepentirme de la decisión.

"Una obra maestra por su audacia, una verdadera fiesta del lenguaje, una novela comparable a las de Stendhal y Joyce", decía de ella Carolyne See. Se trata de una obra galardonada con el Booket Prize de 1990, y por el Irish Time-Aer Lingus Literature Prize del mismo año. Y había más:

"Esta inteligente, ambiciosa y literaria novela de suspense ocupará un lugar junto a El nombre de la rosa, de Umberto Eco, y el País del Agua, de Graham Swift. Un nuevo y nada convencional tipo de detective, el crítico literario, se une al monje erudito de Eco y al profesor de historia de Swift", declaraba Nicola Murphy de Time.

¡Y vaya si no me he arrepentido! Fue empezar a leerlo y no parar, maravillándome capítulo tras capítulo.

La historia comienza cuando un insignificante estudioso de la obra del poeta victoriano Randolph Henry Ash, Roland Mitchell, encuentra por casualidad el borrador de una apasionada carta suya dirigida a una misteriosa mujer. Adentrándose poco a poco en la investigación filológica y biográfica, descubrirá que la carta iba destinada a Christabel LaMotte, una poetisa algo oscura y muy admirada por las feministas contemporáneas. Junto a una de las máximas investigadoras de esta mujer, Maud Bailey, Roland se introduce en una búsqueda apasionante de las cartas entre ambos escritores, para desentrañar un rompecabezas que ambos saben que cambiará el curso de todo lo que hasta ahora se sabía de los dos autores. En su camino se cruzarán otros investigadores como James Blackadder, el jefe de Roland, o Cropper, un investigador y coleccionista millonario americano del poeta, con altas dosis de ambición y egocentrismo y que carece de escrúpulos. Y no quiero olvidarme de esa maravilla de personaje que es Beatrice Nest, la tímida filóloga que investiga el diario de la mujer de Ash, Ellen (otra gran protagonista de esta bella historia).

La historia de Roland y Maud se entrecruza con la de Ash y Christabel, aderezada con una trepidante narración y grandes dosis de poesía decimonónica, para al final obtener un maravilloso tapiz cuya culminación sólo la acabará conociendo el lector y no sus protagonistas.

Fascinante es un adjetivo que se queda corto para esta novela. Maravillosa, también. Supera lo que es el género de suspense; acaba siendo una mezcla de aventuras, erudición y amor por la poesía como pocas veces he visto en mi vida.

Dice su autora que la idea para esta obra surgió de una inspiración que tuvo ante un comentario de una biógrafa americana de Coleridge sobre su trabajo: "Era como un caso de posesión demoníaca", explica Byatt, "y me pregunté si era ella quien se había apoderado de él, sabiento todo sobre su vida, o él de ella." ¿No es una reflexión que da que pensar?

No entiendo cómo una novela tan impresionante es prácticamente una desconocida, tan hermosa y audaz. Porque tengo que añadir que no sólo las historias que se entrecruzan, las de los poetas y sus investigadores, son muy grandes. Es que Byatt se atreve a crear dos poetas y sus respectivas vidas hasta el más mínimo detalle y, no contenta con ello, nos los engalana con enormes fragmentos de su obra poética, dotando a su propia novela de un cuerpo y una sensación de veracidad digna de envidia. No sólo es buena su prosa: su poesía (que he admirado también en la versión inglesa de la novela) es maravillosa. Es algo así como la fuerza que tiene el poeta ficticio William Ashbless de Tim Powers en Las Puertas de Anubis pero elevado a la enésima potencia. Me cuesta creer que Ash y LaMotte no existieron; me cuesta imaginar que una sola mujer haya creado semejante coherencia en tantos detalles y tantos poemas.

Es indignante que una novela con esta belleza y esta fuerza sea tan poco conocida, tal y como está escrita. De lo que sí estoy convencida es de que nadie que la haya leído va a olvidarla. Sé que no es tampoco una novela fácil por su erudición, pero es tan hermosa que recomiendo su lectura a todos. Especialmente a los que os guste el siglo XIX o si una de vuestras pasiones es la filología y la literatura inglesas.

No recuerdo la cara de la cliente que me pidió este libro. No sé si algún día regresará a la librería y nunca podré agradecerle en persona esta lectura. Lo que sí sé es que, para mí, ella es mi Maud Bailey.

Posesión es la novela que me gustaría escribir, decididamente. Es ya una de mis novelas favoritas; una de las mejores que he leído en años. Pero, por encima de todo, es una obra que está destinada a trascender.