domingo, 28 de marzo de 2010

Domingo, tarde de poesía

"Porque, digámoslo de una vez, hablar de Safo es hablar, ni más ni menos, que de poesía, lo cual significa no sentirse en la obligación de hablar. Y el adjetivo sáfico no se puede entender sino como un sinónimo más del misterio poético. Tales fueron los quehaceres de esta mujer hilvanadora de palabras en esa rueda secreta cuyos engranajes nadie está en posición de desentrañar ni comprender, afortunadamente para todos los que necesitan la poesía para llegar a levantarse cada mañana con algo de decencia. Las palabras son pozos sin fondo de sueños colectivos, en su legado acumulan innumerables estratos de vidas, ciudades, portentos y caminantes, y resuenan en cada labio, siempre distintas e iguales, desde un abismo inmenso donde la etimología y la gramática apenas logran asomarse sin un escalofrío de vértigo.
[...]
Hablar de Safo es hablar de las palabras y el resto, los mapas de su vida, sus odios y sus amores, las casualidades de ser mujer y griega, de haber vivido en una isla de Asia Menor de afamadas sonoridades y pertenecer a ese colectivo que solemos llamar "los antiguos", todo eso no es más que materia del tiempo y de las nubes.
Por lo cual no hay mejor manera de adentrarse en los versos sáficos que desde una saludable posición de ignorancia.
[...]
La leyenda de Safo seguirá dando vueltas, qué duda cabe, y su nombre rebotando en innumerables ecos. Pero la cantora siempre se guardará un as en la manga, amargo triunfo. Porque para siempre se habrá puesto la luna y la noche será tierra de nadie en unos versos que merecen en justicia la memoria, que brillan más allá de las vestiduras de la danza o el ámbito del ritual o el silencio de la tipografía; versos cuya bonanza consiste en no reflexionar ni dar respuestas y que parecen haberse dicho por primera vez en ningún tiempo y en ningún lugar."

-Juan Manuel Macías, prólogo a Poesías de Safo-

domingo, 21 de marzo de 2010

Día Tolkien Mundial

El próximo jueves 25 de Marzo, chicos, celebramos el Día Tolkien Mundial. Lo que comenzó en las Sociedades Tolkien anglosajonas como el Tolkien Reading Day va cobrando fuerza, poco a poco, en muchos lugares del mundo. ¿Que por qué el 25 de Marzo? Pues porque es el día de la destrucción del Anillo y de la caída de Sauron en El retorno del Rey. ^^

En la Sociedad Tolkien Española llevamos varios años intentando promover este día a través de numerosas actividades en muchos puntos de nuestro país. En el caso de Zaragoza, este año lo celebramos con una curiosa mesa redonda. Junto a Sara Lafita, filóloga que prepara su tesis sobre la obra del Profesor, hablaremos de la importancia y del tratamiento de los personajes femeninos en El Señor de los Anillos. Seguro que salen muchos datos interesantes. ¿Os animáis a venir? Si es así, os esperamos este jueves a las 19 horas en el Aula Magna de la Facultad de Filosofía y Letras.

Si no vivís en tierras mañas, echad un vistazo a la web de la Sociedad Tolkien Española, porque seguro que muchas delegaciones irán colgando sus actividades para ese día, y alguna puede ser la delegación de vuestra ciudad. :)

Pero no hace falta una actividad organizada por nadie para celebrar el Día Tolkien. Es tan sencillo como reunirse con la familia o los amigos y, junto a una buena cerveza y un buen té acompañado con pastas, elegir algún fragmento que os guste de la obra de Tolkien y leerlo en voz alta. Podéis acompañarlo con música de fondo, o aderezarlo con vuestros propios instrumentos, si sois mañosos. Incluso no hace falta estar con gente para celebrar el Día Tolkien: basta con empezar a leer esa noche uno de sus libros.



¿Os animáis a decirnos cuál elegiríais? ^^

"Había una vez un perrito llamado Rover. Era muy pequeño y muy joven, pues de lo contrario se habría portado mejor; y era muy feliz jugando al sol en el jardín con una pelota amarilla, si nunca hubiera hecho lo que hizo.

No todos los hombres viejos con los pantalones rotos son malos: unos son hombres de huesos y botellas y tienen sus perritos; y otros son jardineros; y algunos, muy pocos, son brujos que vagabundean como si estuvieran de fiesta, buscando algo que hacer. El que ahora entra en la historia es un brujo. Llegó a pie por el sendero del jardín, vestido con una vieja y andrajosa chaqueta, con una vieja pipa en la boca y un viejo sombrero verde en la cabeza. Si Rover no hubiera estado tan ocupado ladrando a la pelota, tal vez habría visto la pluma azul clavada en la parte de atrás del sombrero verde y entonces habría sospechado que el hombre era un brujo como habría hecho cualquier perrito sensato; pero él nunca vio la pluma."

miércoles, 17 de marzo de 2010

La mar

"Rafael Alberti ya llevaba casi un siglo en el mundo, pero estaba contemplando la bahía de Cádiz como si fuera la primera vez.

Desde una terraza, echado al sol, perseguía el vuelo sin apuro de las gaviotas y de los veleros, la brisa azul, el ir y venir de la espuma en el agua y en el aire.

Y se volvió hacia Marcos Ana, que callaba a su lado, y apretándole el brazo dijo, como si nunca lo hubiera sabido, como si recién se enterara:

-Qué corta es la vida."


Ventanas de España, Eduado Galeano.


domingo, 14 de marzo de 2010

Se armó la de Dios es Cristo

Casi se me cae el café de las manos esta mañana mientras hacía mi ronda por los periódicos digitales nacionales. Leo en El País que la jerarquía episcopal ha forzado a retirar el libro Jesús. Aproximación histórica del teólogo Juan Antonio Pagola. Ahora empiezo a entender por qué llevaba meses sin reeditarse uno de los ensayos religiosos que mayor éxito ha tenido en los últimos años...

Todo esto me parece asombroso. El libro de Pagola es un ensayo serio, con una gran calidad literaria. ¿Quizás demasiado realista para algunos altos cargos eclesiásticos? Cito algunas críticas que se le han hecho desde la Comisión para la Doctrina de la Fe: ruptura entre la fe y la historia, desconfianza respecto a la historicidad de los evangelios, la presentación de Jesús como un mero profeta, la negación de su conciencia filial divina y la negación del sentido redentor dado por Jesús a su muerte.

En fin... Hay muchas personas que no saben diferenciar la objetividad histórica de los dogmas de fe. Y ojo, que un teólogo que se inclina hacia la investigación histórica dejando la fe a un lado siempre estará en el punto de mira y no sólo de la Iglesia: también de la comunidad científica y académica. Yo desde aquí sólo puedo recomendar la lectura del libro de Pagola y que luego la gente opine.

Pero el revuelo que se ha montado o la censura que se pone en marcha de nuevo contra otro teólogo (podían censurar cosas más graves e importantes...) no me parece lo más fuerte. Es que después de leer la noticia, uno empieza a leer los comentarios de la gente y le entran ganas de irse a una isla desierta. Qué extremismos tan vergonzosos. ¿Es que ya no hay nadie que sepa lo que es el sentido común?

Así que, una vez más, me reafirmo en mi opinión de que todo el mundo tendría que leer El espejismo de Dios. Que se debería leer en los institutos y que luego la gente se formara su propia opinión. Otro gallo nos cantaría... A mí, por lo menos, me ha dado una visión muy diferente de las religiones.

Creo sinceramente que la cuestión no es creer o no creer; el quid está en poder expresar tu opinión sin insultar y ser insultado.

Larga vida a la razón. Larga vida a Richard Dawkins.

miércoles, 10 de marzo de 2010

¡Oh, Capitán, mi Capitán!

"¡Oh, Capitán, mi capitán!, nuestro terrible viaje ha terminado,
el barco ha sobrevivido a todos los escollos,
hemos ganado el premio que anhelábamos;
el pueblo está cerca, oigo las campanas, el pueblo entero regocijado,
mientras sus ojos siguen firme la quilla, la audaz y soberbia nave.
Mas, ¡oh, corazón!, ¡corazón!, ¡corazón!
¡Oh, rojas gotas que caen,
allí donde mi capitán yace, frío y muerto!

¡Oh, capitán!, ¡mi capitán!, levántate y escucha las campanas,
levántate, por ti se ha izado la bandera, por ti vibra el clarín,
para ti ramilletes y guirnaldas con cintas,
para ti multitudes en las playas, para ti clama la muchedumbre, a ti se vuelven los rostros ansiosos:
¡Ven, capitán! ¡Querido padre!
¡Que mi brazo pase por debajo de tu cabeza!
Debe ser un sueño que yazcas sobre el puente,
derribado, frío y muerto.

Mi capitán no contesta, sus labios están pálidos y no se mueven,
mi padre no siente mi brazo, no tiene pulso ni voluntad,
la nave, sana y salva, ha anclado, su viaje ha concluido.
De vuelta de su espantoso viaje, la victoriosa nave entra en el puerto.
¡Oh playas, alegraos! ¡Sonad campanas!
Mas yo, con tristes pasos,
recorro el puente donde mi capitán yace,
frío y muerto."

WALT WHITMAN

A Pedro. Tus chicas y chicos libreros te queremos.


¡Oh, Capitán, nuestro Capitán!

¿Existió una selección darwinista a favor de la tolerancia al alcohol?

Curiosa reflexión final la de Josef H. Reichholf, profesor de biología y ecología alemán, en su fantástico libro La invención de la agricultura, una obra muy interesante y de lectura amena. No en vano, según el jurado que le entregó el premio Sigmund Freud de la Academia Alemana de Lengua y Literatura, Reichholf "ha sabido hallar un lenguaje tan fresco como incisivo para aproximarse a todas las formas de vida."

Aquí os dejo su reflexión final:

"Es posible que el hombre se haya vuelto especialmente receptivo a lo espiritual desde que su cerebro agrandado posibilitó la sensación de "trascendencia". En el sentido literal, significa "ir al otro lado" o "ir más allá" del lugar anterior. La euforia que el alcohol y las drogas provocan facilitan esa "transición". Todos los ritos y religiones se valen con bastante eficacia de este tipo de estado de ánimo exaltado para aislar o eliminar los estímulos ambientales directos. Así se logra la receptividad.

Por lo visto, ninguna cultura humana estaba ni está totalmente libre de las drogas estimulantes y adictivas. Su uso más extendido tiene lugar en grupo, especialmente en las celebraciones. En algunas, como por ejemplo en una de las fiestas más conocidas, la Oktoberfest de Múnich (el festival de octubre), acude gente de todo el mundo. El objetivo principal es emborracharse con cerveza o con vino. Fiestas como ésta las hay de todos los tamaños y en todo tipo de ocasiones. Cuanto más grandes, más atractivas son. Para la mayoría de visitantes, se trata del "ambiente". Música, baile y bebidas se encargan de ello. En estas fiestas, la comida es algo secundario, algo de lo que se puede prescindir. ¿Es posible que al principio también fuera así?"

martes, 2 de marzo de 2010

"No estamos solos": viajando con Heródoto

Hay libros que te hacen viajar con la mente, páginas que te descubren nuevas culturas y otras costumbres. Hay obras que te guían a través de países lejanos, otras que te enseñan realidades políticas en las que jamás te habías parado a pensar. Viajes con Heródoto, de Ryszard Kapuscinski, es todo eso y mucho más.

Después de devorar este libro como se devoraría una novela, la sensación que tengo con Kapuscinski es de complicidad. Pero complicidad de historiadora. Porque, si bien el periodista polaco nos ofrece una panorámica interesante de sus viajes como reportero, en realidad creo que todo esto no es más que una simple excusa.

Una excusa para leer a Heródoto en el atardecer africano, una excusa para adentrarnos en la historia antigua de la mano de quien mejor nos la puede relatar: un incansable viajero.

Si bien me parece que este libro no puede compararse a Ébano, me ha gustado mucho por el amor que destila por el entrañable (al menos, para Kapuscinski y para mí) historiador griego. Creo que lo que Ryszard pretendía escribiendo esta obra no era tanto mostrarnos su vida como reportero, sino más bien hablarnos de la importancia de viajar con el afán de conocer y comprender, tal y como hacía Heródoto en su época. A la vez nos encontramos con un bello libro que nos ayuda a adentrarnos en la lectura de los viajes del griego, que nos tiende un puente a través del tiempo entre aquella lejana época y la nuestra, para demostrarnos que el espíritu curioso del hombre no ha cambiado tanto, que es algo que no podemos perder en un mundo como el nuestro, en el que priman las vacaciones organizadas, las fotos rituales y el decir "yo he estado allí" y poco más.

No hay una coherencia lineal en las experiencias periodísticas que Kapuscinski nos relata en Viajes con Heródoto, ni creo que lo pretendiera. Da saltos en el tiempo de un capítulo a otro, a veces ni relata cómo terminó su trabajo en un país determinado (las historias más completas son las de China e India, sin lugar a dudas). Asistimos con él a muchas de sus aventuras como reportero: desde que le dijera a su reportera jefe que su deseo como periodista era "cruzar la frontera" (posibilidad muy complicada en la Polonia del telón de acero), Ryszard nos habla de sus experiencias en la India, China y África; nos habla de la dureza de las fronteras lingüísticas, del silencio comunista, del dolor de las guerras en un continente africano postcolonial. Pero también nos habla de la hospitalidad, de las tradiciones, de las risas y los momentos inolvidables.

Y, por encima de todo, el libro es un maravilloso homenaje a uno de los padres de la historiografía. Porque, si durante su vida Heródoto fue el maestro de Kapuscinski, ¿qué nos impide que sea lo mismo para nosotros?

"Así, mis viajes cobraron una segunda dimensión: viajé simultáneamente en el tiempo (a la Grecia antigua, a Persia, a la tierra de los escitas) y en el espacio (mi labor cotidiana en África, en Asia y en América Latina). El pasado se incorporaba al presente, confluyendo los dos tiempos en el ininterrumpido flujo de la historia."

Los nueve libros de Heródoto descansan ahora mismo en mi mesa, en esa maravillosa edición de un solo tomo de Cátedra. Yo estoy dispuesta a viajar con Heródoto una vez más pero, gracias a Kapuscinski, bajo una nueva perspectiva. ¿Y tú?

Que tengas un buen viaje.