martes, 23 de febrero de 2010

De Calipsos y Penélopes

¡Nuevos aires llegan a mi blog! Llevaba ya tiempo queriendo poner "Ulises y las Sirenas" de Waterhouse en la cabecera de la página por aquello de mi pasión por Homero. ¡Y por fin lo he conseguido, je, je, je! Es que soy un desastre con esto de las tecnologías modernas.

Claro que este cambio me acarreaba un problema: el antiguo nombre del blog pegaba muy bien con el cuadro de "La tempestad" pero no con éste, así que de ahí ha venido la idea de "La isla de Calipso".

Mi ideal hubiese sido "El telar de Penélope", pero para mí ese título está ligado sentimentalmente al libro de mi amiga Margarita Leoz: un maravilloso poemario que editó Calambur y que recorre ese otro viaje que tan sólo intuímos en La Odisea: el de la esposa que espera el regreso del héroe, con sus anhelos, su rabia y sus desesperanzas.

Así que esta noche Calipso, curiosamente, nos invita a escuchar los lamentos de la mujer a la que más teme sobre la faz de la Tierra. Va por Penélope.

CANTO IV
Muchos
días de lluvia.
Y luego,
muchos más.

Llueve
sobre los cerezos en flor
y bajo la penumbra de las parras.

Llueve
sobre la espalda del mar
y entre las tumbas vacías
de tus remeros.

Llueve mucho,
sin descanso,
durante
largo
tiempo.

Llueve tanto
que llego a pensar
que el cielo se está haciendo
cargo de mis lágrimas.

Consorte de una sombra.
Menos. Ni eso.

Hasta el polvo
que dejaron tus sandalias
huye de mí,
me deshabita.

Hay un día en que presto
mis oídos de antorcha
a las ballenas.

Pero no he atado mi cuerpo al mástil.
Solamente
me sujeto con las dos manos
el corazón punzado.

Tal vez por eso
hace tiempo que no oculto
mi voluntad de tierra
ni el deseo de abdicar
de este cementerio de bañistas. [...]

domingo, 21 de febrero de 2010

Poesía para una invernal mañana de domingo

VERMEER

Mientras esa mujer del Rijksmuseum
con esa calma y concentración pintadas
siga vertiendo día tras día
leche de la jarra al cuenco
no merecerá el Mundo
el fin del mundo.

Wislawa Szymborska, Aquí.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Chéri

Hay libros que te reconcilian con la buena literatura y esta pequeña novela es sin duda alguna uno de ellos.

Chéri narra el curioso y poco convencional romance entre Léa, una cortesana cercana ya a la cincuentena y Chéri, un joven de veinte años. La novela arranca con la lógica ruptura amistosa de esta relación por el inminente matrimonio del muchacho.

Lo primero que me ha sorprendido de esta obra es la audacia de Colette al colocar en su época como protagonista absoluta a una mujer madura de vida licenciosa. Léa, además, es la que elige a sus jóvenes amantes (lo de jóvenes es una condición indispensable) y les paga y educa en muchos aspectos de la vida. Pero no caigamos en el error: ambas partes obtienen provecho, porque Léa disfruta de la hermosura y la juventud que le reportan sus amantes.

Con esta premisa uno podría pensar que Léa es un ser odioso, una especie de víbora asaltacunas que el lector puede llegar a odiar, pero no es el caso. Léa es un personaje soberbiamente creado, de la que uno se enamora en el primer diálogo. Léa es descrita por Colette como una mujer hermosa, inteligente, rica. Sabe perfectamente cuáles son sus límites y los acata. Me gusta mucho cómo puede llegar a ser irónica consigo misma y cómo trata de evitarse sufrimientos emocionales.

Precisamente por todo esto conmueve profundamente cómo, tras romper la relación por el matrimonio de Chéri, descubre su gran amor por él (aunque aún sigo preguntándome qué demonios le ve). Acostumbrada a que los jóvenes vuelen por sí solos, es la primera vez que le sucede y la situación se le antoja dura y dolorosa. Este descubrimiento va unido a otro aún peor: la toma conciencia de estar envejeciendo.

"Una mujer vieja y jadeante repitió, en el espejo ovalado, su gesto, y Léa se preguntó qué podía ella tener en común con aquella loca."

Mientras la sociedad ve en ella a una hermosa dama, Léa sabe que su edad es una barrera insalvable para su amor o incluso para encontrar otro en un futuro. A partir de entonces, su vida se convierte en una lucha para superar el dolor por la ausencia del ser amado y la determinación de comenzar una nueva vida lejos del amor.

Me encanta cómo en menos de doscientas páginas Colette logró narrar una bella historia sentimental sin sensiblería alguna (deberían aprender de ella las nuevas novelistas románticas...). ¡Y qué decir de la riqueza sensual de sus descripciones! El hedonismo propio de los años veinte rezuma en cada una de sus páginas y le habría encantado hasta al mismísimo Oscar Wilde.

Ya dice el refrán que las buenas esencias vienen en frasco pequeño. Chéri, con su exquisita escritura y sus inteligentes y divertidos diálogos, no me extraña que sea ya un clásico del siglo XX.

Hace poco Stephen Frears adaptó Chéri a la gran pantalla. Pasó sin pena ni gloria por la Berlinale y muchos expertos dicen que es una obra menor del director. De todas maneras, tengo que verla. No sólo porque me gusta el cine de Frears. Es que Michelle Pfeiffer es la actriz idónea para personalizar a Léa. Y, además, una sola mirada suya en un papel como éste, con tantos matices, seguro que es capaz de sostener toda una película.

jueves, 11 de febrero de 2010

No necesitan respirar pero caminan

Debería dedicar hoy una entrada a la maravillosa prosa poética de Comte-Sponville en Lucrecio, la miel y la absenta. Debería, pero no. A veces el cuerpo te pide otra cosa: tensión, angustia, miedo... Sangre y destrucción. Y es que mi mente necesitaba ya una buena novela de terror, por aquello de desestresar. ¿Y acaso hay algo más terrorífico que una horda de zombies? Para mí, no.

Los zombies son una de esas criaturas que siempre me han aterrado y fascinado, a partes iguales. Poblaban mis pesadillas junto a Nosferatu desde que mi gracioso hermano mayor, aprovechando que mis padres iban a cenar con sus amigos, me torturaba por las noches con las películas de George A. Romero en el programa "Alucine" de La2. ¿Os acordáis de él? Si no es así, es que ya soy un poco mayor. ^^

George A. Romero es el padre del concepto de zombie que hoy todos tenemos. Su obra magna, La noche de los muertos vivientes, es un clásico de la historia del cine que sigue poniéndome, aun hoy en día, los pelos de punta. Rodada en blanco y negro, basada en el libro Soy leyenda del gran Richard Matheson, su estreno supuso un antes y un después en el cine de género. Además, su crítica social siempre me gustó. Hay algo en lo que pensar debajo de toda la sangre y las vísceras...

Y mira tú que, años y años de defender a unos seres tan denostados por la opinión pública y de pronto los zombies se ponen de moda. Gran parte de este éxito lo tuvo el "reboot" de estas simpáticas criaturillas en películas como 28 días después o Rec. Quitemos lo de muertos que andan por infectados de un agresivo virus de la rabia y el horror vuelve a cobrar forma de nuevo. ¡Y encima corre! Y luego llega Max Brooks (si es que lo lleva en los genes) y crea dos obras que, de pronto, se cuelan en la lista de los libros más vendidos.

Pero todos sabemos cómo va esto de las modas: que pierden calidad y acaban saturando. Por eso creo que, salvando unos títulos, es mejor no hacer caso del fenómeno y dedicar nuestro tiempo a esas pequeñas joyas. ¿No quieres acabar hasta las narices de los zombies como has acabado de los vampiros? Pues aquí van los títulos que considero indispensables para los amantes de la literatura de terror:

1. Guerra Mundial Z y Zombi: Guía de supervivencia, de Max Brooks. Los libros que, como ya he dicho, encumbraron a los zombies de nuevo a la actualidad literaria. O cómo tomar el ensayo histórico y darle una pequeña vuelta de tuerca. Fantásticos a más no poder.

Me pregunto qué opinará Max cuando, en sus conferencias sobre defensa contra los zombies, la gente le hace preguntas de verdad. ¿Le pondrá eso los pelos de punta más que lo creado por su genial mente? ¡Ah, los States una vez más! XD Como muestra de sus charlas, aquí va el comienzo de una de ellas:




2. Orgullo y prejuicio y zombis: cuando a Seth Grahame-Smith se le ocurrió semejante locura, supongo que no imaginaría el éxito que iba a tener. ¿Y yo? ¿Cómo iba a imaginar ver una de mis obras favoritas de Jane Austen aderezada con zombies por todas partes? XD El libro me resultó desternillante, me lo pasé pipa leyendo cada una de sus frases. Me pareció un acierto que Grahame-Smith revisara el clásico haciendo una reescritura, sólo añadiendo fragmentos o cambiando pequeños detalles de la historia para que su idea encajara con la obra de Austen. Claro que también opino que sólo le vemos la gracia las personas que amamos el original (y que somos un poco raros...).

Las hermanas Bennet como expertas luchadoras ninja peleando contra los no-muertos mientras viven sus respectivas historias de amor es que no tienen desperdicio alguno. Claro que esto es lo de siempre: cuando un libro original tiene éxito, vamos y repetimos la receta hasta saturar el mercado. Así que ahora pululan por ahí un Lazarillo caza zombies y por la red una Casa de Bernarda Alba que me parecen de todo menos originales y graciosos. Mucho morro es lo que hay.

3. Zombies, la antología de John Joseph Adams para Minotauro. ¿Qué puedes obtener cuando reúnes relatos de genios como Dan Simmons, Neil Gaiman, George R.R. Martin o Joe Hill? Pues una recopilación de alto nivel de historias con diferentes tipologías y modos de ver al monstruo, para leer por la noche con una luz tenue y un hacha cerca, por si acaso. Aún lo tengo en la recámara a la espera de ser leído, pero Manu y Santiago sí lo han hecho y están más que contentos con el resultado. Y, sinceramente, viendo a los escritores y conociendo el gusto de estos "apañeros" de lecturas, yo me fío.


4. Cine Zombi, de Ángel Gómez Rivero: sin duda alguna, uno de los mejores ensayos de terror que se han publicado en este país. Casi quinientas películas analizadas y unas excelentes fotografías para un libro que nos guía a través del orígen de los zombies en el cine, los grandes maestros y las obras clave del género. ¡Y con prólogo de Jorge Grau! El director de la magnífica película de culto No profanar el sueño de los muertos. Vamos, esencial para los amantes del cine de terror.

Así que, como podéis comprobar, estos títulos ya me parecían suficientes para la temática zombie. Variados, con calidad... No quería más. Pero claro, resulta que luego me entero que en marzo sale en España la próxima novela de John Ajvide, ese genio que firmó una de las novelas más hermosas de género de los últimos años, Déjame entrar (la única que merece la pena de toda la masificación vampírica). Y me entero de que trata de zombies... Así que aceptamos barco y la esperamos con todo el ansia del mundo. Y si no habéis leído Déjame entrar, ya de paso, os la recomiendo desde aquí fervientemente.


Pero es que, aish, soy débil. El otro día Elisa me recomendó Apocalipsis Z de Manel Loureiro, tras hacer una reseña sobre él para nuestra librería. Y después de llevar tres noches durmiendo apenas cuatro horas por leerlo ahora soy yo la que lo recomiendo, porque tengo que admitir que me ha sorprendido y encantado. Lo curioso de esta novela es que empezó como una historia en un blog que acabó siendo seguida por muchísimos fans hasta que la editorial Dolmen se decidió a publicarla. ¡Y vaya acierto! Pero, ejem, a ver si mejoramos las ediciones...

Loureiro nos presenta una obra muy bien narrada, que bebe del cine de Romero con toda claridad. Y tiene un protagonista tan bueno y carismático que es imposible que no te atrapen sus aventuras por la supervivencia.

La historia comienza en un blog del protagonista, que bien podría ser uno como éste o como el vuestro. Mientras cuenta su vida diaria, empieza a relatar un suceso que ha salido en las noticias: un asalto en Chechenia de un edificio por parte del ejército ruso. ¿Y después? ¿Una revuelta? Europa y Estados Unidos envían tropas militares, la OMS médicos, para regresar pronto a sus respectivos países. Poco a poco, el caos se extiende por los países, se empieza a hablar de un virus del que nadie, absolutamente nadie, da detalles... Y hasta aquí puedo leer.

Tengo que admitir que Loureiro descibe perfectamente qué ocurriría en nuestro mundo desarrollado si se desencadenara un "virus" de tal magnitud: el miedo en la red, los rumores, la confusión, el mutismo de los gobiernos... Y de pronto, es ya muy tarde. Creo que pasé más miedo en esa parte, cuando el protagonista está en su casa sin saber qué está pasando, qué hacer o a dónde ir, que después, cuando ya sabe a qué se enfrenta. Pero ojo, que el libro no decae en ningún momento. Lo que me gusta también son esos pequeños detalles que el autor introduce para hacerte cercano ese presente paralelo al nuestro: la presencia del Rey y sus comunicados en la televisión, los comentarios sobre Matías Prats, Vigo, Zaragoza... No sé, muy convincente. A mí, que soy tan reacia a leer literatura de género española, me ha encantado. La semana que viene me leo su continuación Los días oscuros sin lugar a dudas.

Además, la lucha por la supervivencia de un tipo (no ha salido su nombre en toda la novela, por cierto) que, en el último momento, decide no ir con el Ejército a los llamados Puntos Seguros para la población porque allí no se puede llevar animales de compañía y él se niega a dejar a su gato, bien merece una lecturilla gatófila, ¿o qué? ¿Acaso yo dejaría a Balder o a Byron? ¡Nooo! Pues entonces entiendo perfectamente que él no abandone a Lúculo, su hermoso gato persa naranja. Todo un personaje, Lúculo. Como cualquier gato. ^^

"Por unos instantes, valoré la posibilidad de abandonar a Lúculo a su suerte, pero deseché la idea con más rapidez que el tiempo que me lleva a escribir esto. Lúculo no era sólo mi mascota, ni mi fiel compañero desde hacía meses. No. Mi gato era el último vínculo que me quedaba con mi vida anterior. Si lo perdía, algo dentro de mí se perdería para siempre, y la memoria de la vida que llevaba antes se esparciría como arena en el viento. No, tenía que encontrar a Lúculo como fuese. [...] Sé que parece una locura, y que tan sólo es un gato, pero me sentía con la obligación moral de encontrarlo. Además, perder a Lúculo me partiría el corazón, después de todo lo pasado juntos. Cualquiera que tenga un animal de compañía entenderá perfectamente lo que digo. Susurrando su nombre, continué por la sala hasta encontrar unas escaleras que arrancaban, muy empinadas, hacia abajo, perdiéndose en medio de la negrura más profunda."

viernes, 5 de febrero de 2010

Off Topic: ¡Si Lucrecio levantara la cabeza...!

Qué curioso es esto de la asociación de ideas, ¿verdad? Antes de ponerme a estudiar la poesía de Lucrecio, estaba pensando yo en varios libros que quiero releerme (por aquello de la antiquísima tradición de pensar en las avutardas en vez de en lo que se debe). La naranja mecánica de Burgess es uno de ellos. ¡Qué gran novela! ¡Y qué gran película! Y, entonces, me he acordado de este vídeo. Quizás, si me gustó Burgess, por eso me gusta "Never gonna stop":



Claro que, ya entrados en materia... Si me gusta leer a Edgar Allan Poe por las noches igual me gusta "American Witch" porque, ejem, Rob la interpreta con la camiseta más literaria de la historia del Hard Rock. Cogido con pinzas, ¿eh? ;)



¿Y no hablábamos hace un tiempo de nuestras escenas favoritas del cine? Pues si mi fetiche cinematográfico es "El gabinete del doctor Caligari", ¿cómo no me iba a emocionar con el vídeo de "Living Dead Girl"? XD



Aunque, bien pensado, ¿acaso necesito yo mencionar mi amor por las películas de terror de la Universal para disfrutar con todo lo que compone y los vídeos que el propio Rob Zombie dirige?
Mi favorito, por siempre, "Return of the phantom Stranger":



Resumiendo: ¡Qué fácil es liarte con youtube y ver vídeos y vídeos sin parar durante dos horas cuando deberías estar estudiando! ¡Y mira que me gusta Lucrecio! Pero demonios, ya estoy viejuna para estas lides de las segundas carreras. Y además, si se trata de "perder el tiempo" con mi pareja favorita de Hollywood y del Metal, pues tengo algo de perdón...

...

¿O qué? ^^


martes, 2 de febrero de 2010

La historia empieza en Sumer

Ayer volví a la librería después de diez días de vacaciones. Me sucedieron dos cosas, la primera siempre habitual tras un periodo de ausencia: la cantidad de títulos nuevos que entran por los ojos, que te maravillan y aturden a partes iguales. Y, segundo, el susto cuando llegas a tu sección y ves los castillos de cajas con libros para colocar... Un horror. Pero es la maldita ley de Murphy: si tienes vacaciones, ya te llegarán las grandes cantidades de novedades, las reposiciones y todos los libros específicos que has encargado para tu sección durante esos días, claro.

¡En fin! Que debería haberme agobiado y haber estado refunfuñado toda la tarde, si no fuera porque me llevé una de las grandes alegrías que he podido tener gracias, esta vez, a Alianza editorial. Se trata, ni más ni menos, que de la reedición de La historia empieza en Sumer, de S. Noah Kramer. No me gusta mucho la nueva portada, pero no voy a ponerme tontuna con este tipo de detalles. ;)


Cómo explicarlo... Cuando estudié Historia (cuando era joven e inconsciente XD), éste fue uno de los libros que marcó un antes y un después en mis lecturas historiográficas y que me encauzó hacia la Historia Antigua. Lo pillé prestado de la biblioteca de la facultad casi por pura casualidad (me fallaron otros títulos de la bibliografía recomendada) para un trabajo que me había mandado mi profesor, el señor Javier Navarro, y lo devoré en un par de noches, haciendo caso omiso de la urgencia de otras lecturas y exámenes próximos.

Ésta, ésta es la edición que leí yo de los años ochenta y no reeditada hasta ahora:

Una auténtica vergüenza, siendo un clásico destinado a perpetuarse. Porque, vale, la investigación histórica avanza a pasos agigantados, pero hay libros que siempre se leerán. Porque mantienen su rigor en mayor medida y son hermosos, porque tocan el corazón. En la contraportada de Alianza se dice que el libro de Kramer está a la altura de El otoño de la Edad Media de Huizinga y no puedo estar más de acuerdo. Yo añadiría que perdurará junto a Dioses, tumbas y sabios de Ceram y El año mil o La época de las catedrales de mi querido Georges Duby.

A partir de los treinta y nueve primeros testimonios escritos de la historia, Kramer nos da una lección de investigación histórica construyendo un completísimo panorama de este país de la antigua Mesopotamia, fascinante y ameno de leer.

La historia comenzó en Sumer: agarra el sombrero y el látigo. ¿No te apetece descubrirla?