jueves, 11 de febrero de 2010

No necesitan respirar pero caminan

Debería dedicar hoy una entrada a la maravillosa prosa poética de Comte-Sponville en Lucrecio, la miel y la absenta. Debería, pero no. A veces el cuerpo te pide otra cosa: tensión, angustia, miedo... Sangre y destrucción. Y es que mi mente necesitaba ya una buena novela de terror, por aquello de desestresar. ¿Y acaso hay algo más terrorífico que una horda de zombies? Para mí, no.

Los zombies son una de esas criaturas que siempre me han aterrado y fascinado, a partes iguales. Poblaban mis pesadillas junto a Nosferatu desde que mi gracioso hermano mayor, aprovechando que mis padres iban a cenar con sus amigos, me torturaba por las noches con las películas de George A. Romero en el programa "Alucine" de La2. ¿Os acordáis de él? Si no es así, es que ya soy un poco mayor. ^^

George A. Romero es el padre del concepto de zombie que hoy todos tenemos. Su obra magna, La noche de los muertos vivientes, es un clásico de la historia del cine que sigue poniéndome, aun hoy en día, los pelos de punta. Rodada en blanco y negro, basada en el libro Soy leyenda del gran Richard Matheson, su estreno supuso un antes y un después en el cine de género. Además, su crítica social siempre me gustó. Hay algo en lo que pensar debajo de toda la sangre y las vísceras...

Y mira tú que, años y años de defender a unos seres tan denostados por la opinión pública y de pronto los zombies se ponen de moda. Gran parte de este éxito lo tuvo el "reboot" de estas simpáticas criaturillas en películas como 28 días después o Rec. Quitemos lo de muertos que andan por infectados de un agresivo virus de la rabia y el horror vuelve a cobrar forma de nuevo. ¡Y encima corre! Y luego llega Max Brooks (si es que lo lleva en los genes) y crea dos obras que, de pronto, se cuelan en la lista de los libros más vendidos.

Pero todos sabemos cómo va esto de las modas: que pierden calidad y acaban saturando. Por eso creo que, salvando unos títulos, es mejor no hacer caso del fenómeno y dedicar nuestro tiempo a esas pequeñas joyas. ¿No quieres acabar hasta las narices de los zombies como has acabado de los vampiros? Pues aquí van los títulos que considero indispensables para los amantes de la literatura de terror:

1. Guerra Mundial Z y Zombi: Guía de supervivencia, de Max Brooks. Los libros que, como ya he dicho, encumbraron a los zombies de nuevo a la actualidad literaria. O cómo tomar el ensayo histórico y darle una pequeña vuelta de tuerca. Fantásticos a más no poder.

Me pregunto qué opinará Max cuando, en sus conferencias sobre defensa contra los zombies, la gente le hace preguntas de verdad. ¿Le pondrá eso los pelos de punta más que lo creado por su genial mente? ¡Ah, los States una vez más! XD Como muestra de sus charlas, aquí va el comienzo de una de ellas:




2. Orgullo y prejuicio y zombis: cuando a Seth Grahame-Smith se le ocurrió semejante locura, supongo que no imaginaría el éxito que iba a tener. ¿Y yo? ¿Cómo iba a imaginar ver una de mis obras favoritas de Jane Austen aderezada con zombies por todas partes? XD El libro me resultó desternillante, me lo pasé pipa leyendo cada una de sus frases. Me pareció un acierto que Grahame-Smith revisara el clásico haciendo una reescritura, sólo añadiendo fragmentos o cambiando pequeños detalles de la historia para que su idea encajara con la obra de Austen. Claro que también opino que sólo le vemos la gracia las personas que amamos el original (y que somos un poco raros...).

Las hermanas Bennet como expertas luchadoras ninja peleando contra los no-muertos mientras viven sus respectivas historias de amor es que no tienen desperdicio alguno. Claro que esto es lo de siempre: cuando un libro original tiene éxito, vamos y repetimos la receta hasta saturar el mercado. Así que ahora pululan por ahí un Lazarillo caza zombies y por la red una Casa de Bernarda Alba que me parecen de todo menos originales y graciosos. Mucho morro es lo que hay.

3. Zombies, la antología de John Joseph Adams para Minotauro. ¿Qué puedes obtener cuando reúnes relatos de genios como Dan Simmons, Neil Gaiman, George R.R. Martin o Joe Hill? Pues una recopilación de alto nivel de historias con diferentes tipologías y modos de ver al monstruo, para leer por la noche con una luz tenue y un hacha cerca, por si acaso. Aún lo tengo en la recámara a la espera de ser leído, pero Manu y Santiago sí lo han hecho y están más que contentos con el resultado. Y, sinceramente, viendo a los escritores y conociendo el gusto de estos "apañeros" de lecturas, yo me fío.


4. Cine Zombi, de Ángel Gómez Rivero: sin duda alguna, uno de los mejores ensayos de terror que se han publicado en este país. Casi quinientas películas analizadas y unas excelentes fotografías para un libro que nos guía a través del orígen de los zombies en el cine, los grandes maestros y las obras clave del género. ¡Y con prólogo de Jorge Grau! El director de la magnífica película de culto No profanar el sueño de los muertos. Vamos, esencial para los amantes del cine de terror.

Así que, como podéis comprobar, estos títulos ya me parecían suficientes para la temática zombie. Variados, con calidad... No quería más. Pero claro, resulta que luego me entero que en marzo sale en España la próxima novela de John Ajvide, ese genio que firmó una de las novelas más hermosas de género de los últimos años, Déjame entrar (la única que merece la pena de toda la masificación vampírica). Y me entero de que trata de zombies... Así que aceptamos barco y la esperamos con todo el ansia del mundo. Y si no habéis leído Déjame entrar, ya de paso, os la recomiendo desde aquí fervientemente.


Pero es que, aish, soy débil. El otro día Elisa me recomendó Apocalipsis Z de Manel Loureiro, tras hacer una reseña sobre él para nuestra librería. Y después de llevar tres noches durmiendo apenas cuatro horas por leerlo ahora soy yo la que lo recomiendo, porque tengo que admitir que me ha sorprendido y encantado. Lo curioso de esta novela es que empezó como una historia en un blog que acabó siendo seguida por muchísimos fans hasta que la editorial Dolmen se decidió a publicarla. ¡Y vaya acierto! Pero, ejem, a ver si mejoramos las ediciones...

Loureiro nos presenta una obra muy bien narrada, que bebe del cine de Romero con toda claridad. Y tiene un protagonista tan bueno y carismático que es imposible que no te atrapen sus aventuras por la supervivencia.

La historia comienza en un blog del protagonista, que bien podría ser uno como éste o como el vuestro. Mientras cuenta su vida diaria, empieza a relatar un suceso que ha salido en las noticias: un asalto en Chechenia de un edificio por parte del ejército ruso. ¿Y después? ¿Una revuelta? Europa y Estados Unidos envían tropas militares, la OMS médicos, para regresar pronto a sus respectivos países. Poco a poco, el caos se extiende por los países, se empieza a hablar de un virus del que nadie, absolutamente nadie, da detalles... Y hasta aquí puedo leer.

Tengo que admitir que Loureiro descibe perfectamente qué ocurriría en nuestro mundo desarrollado si se desencadenara un "virus" de tal magnitud: el miedo en la red, los rumores, la confusión, el mutismo de los gobiernos... Y de pronto, es ya muy tarde. Creo que pasé más miedo en esa parte, cuando el protagonista está en su casa sin saber qué está pasando, qué hacer o a dónde ir, que después, cuando ya sabe a qué se enfrenta. Pero ojo, que el libro no decae en ningún momento. Lo que me gusta también son esos pequeños detalles que el autor introduce para hacerte cercano ese presente paralelo al nuestro: la presencia del Rey y sus comunicados en la televisión, los comentarios sobre Matías Prats, Vigo, Zaragoza... No sé, muy convincente. A mí, que soy tan reacia a leer literatura de género española, me ha encantado. La semana que viene me leo su continuación Los días oscuros sin lugar a dudas.

Además, la lucha por la supervivencia de un tipo (no ha salido su nombre en toda la novela, por cierto) que, en el último momento, decide no ir con el Ejército a los llamados Puntos Seguros para la población porque allí no se puede llevar animales de compañía y él se niega a dejar a su gato, bien merece una lecturilla gatófila, ¿o qué? ¿Acaso yo dejaría a Balder o a Byron? ¡Nooo! Pues entonces entiendo perfectamente que él no abandone a Lúculo, su hermoso gato persa naranja. Todo un personaje, Lúculo. Como cualquier gato. ^^

"Por unos instantes, valoré la posibilidad de abandonar a Lúculo a su suerte, pero deseché la idea con más rapidez que el tiempo que me lleva a escribir esto. Lúculo no era sólo mi mascota, ni mi fiel compañero desde hacía meses. No. Mi gato era el último vínculo que me quedaba con mi vida anterior. Si lo perdía, algo dentro de mí se perdería para siempre, y la memoria de la vida que llevaba antes se esparciría como arena en el viento. No, tenía que encontrar a Lúculo como fuese. [...] Sé que parece una locura, y que tan sólo es un gato, pero me sentía con la obligación moral de encontrarlo. Además, perder a Lúculo me partiría el corazón, después de todo lo pasado juntos. Cualquiera que tenga un animal de compañía entenderá perfectamente lo que digo. Susurrando su nombre, continué por la sala hasta encontrar unas escaleras que arrancaban, muy empinadas, hacia abajo, perdiéndose en medio de la negrura más profunda."

4 comentarios:

  1. ¡Ah, zombis, zombis! (Me quedo con la opción castellanizada, como verás :)) No se puede vivir sin ellos pero a su lado tampoco... Lo cierto es que no hay nada mejor como una buena novela (ya sea de buen terror o de algún otro ¿sub?género que nos haga vibrar hasta la última fibra sensible del cuerpo).

    De las que citas, lo cierto es que me quedo enlos de Brooks y en el blog de Loureiro, que estuve leyendo en su día y que, ciertamente, enganchaba de lo lindo. Con la novela no me hice finalmente (está en la lista de pendientes y, ahora que me la recuerdas, debo conseguirla -aunque temo lo que dices sobre la edición-).

    De Orgullo y prejuicio y zombis ya nos dijiste que merecía mucho la pena, y también la tengo pendiente. Las versiones del Lazarillo y de la obra de Lorca, no sé el porqué, no me llamaban la atención, y menos aún después de lo leído.

    Con respecto al cine, sin duda es un gran deudor de estos amabilísimos personajes que siempre buscan abrazarnos. Ah, por cierto, yo también recuerdo con cariño "Alucine" (¡ains, qué tiempos aquellos!), así que me temo que los años comienzan a pesar, jejeje.

    ¿Recordáis "Noche de lobos", durante los primeros tiempos de Antena 3? :P

    ¡Un abrazote grande!

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  2. Homo Libris: así que leías el blog de Loureiro, ¿eh? ¡Ja, ja, ja! Pues sí, la maquetación y edición de Dolmen es un pelín cutre. No me extraña que para el segundo haya fichado por Plaza & Janés, porque hay una diferencia de presencia entre ambos libros abismal.

    Como ya he dicho antes, no pienso leerme ni un libro más de zombies excepto los aquí nombrados. ¡Mucho me tendrían que vender la moto! Puf, es que no quiero acabar hasta las narices, como con los vampiros. No puedo ya con ellos, ni con sus portadas negras y rojas. ;)

    ¡No recordaba "Noche de lobos", ja, ja, ja! ¡Ah, qué mayores somos! XD

    ¡Un besote!

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  3. Después de leer esta entrada (que te leo a pesar de mi ataque de mudez), me puse a pensar y me di cuenta de que no leí ningún libro sobre zombies y apenas recuerdo alguna película.
    Justo después, en Página 2 recomiendan el libro de Loureiro. Habrá que buscarlo; y también la película "La noche de los muertos vivientes". Sí la vi, no me acuerdo de nada así que... sería una segunda primera vez.

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  4. Lammermoor: el libro de Loureiro la verdad es que es ágil y muy entretenido, de un nivel muy digno. He disfrutado su lectura muy por encima de otros best-sellers. De hecho, incluso llegó a paralizar mi lectura del último tomo de Olympo de Dan Simmons, que lamentablemente ha empezado a bajar su nivel en cuanto a guión. Spoiler: ¿Héctor tonteando con Helena? ¡Nooooooo! XD

    "La noche de los muertos vivientes" es un peliculón. Ahora, da mal rollito a pesar de los años transcurridos. Después Romero ha hecho cosas buenas y no tan buenas, pero esta película es insuperable. Un clásico del terror con mayúsculas. No todo iba a ser malo. ^^

    ¡Un abrazo!

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