jueves, 15 de abril de 2010

Conocimiento inventado (I)

¿Sabéis qué libro podemos regalar a Javier Sierra y a Iker Jiménez haciendo una colecta popular? Éste. :)

Conocimiento inventado es una obra imprescindible en estos tiempos tan dados a los absurdos, en los que se confunde la investigación científica con la tontería. Fritze se dedica a explicarnos cómo funciona la metodología histórica con varios ejemplos prácticos y nos enseña a diferenciarla de todo ese batiburrillo de ideas estrambóticas que, lo siento, sólo sirven para sacar dinero a la gente crédula. ¿Empiezo?

La Atlántida más allá de Platón, el descubrimiento y colonización de América por mil pueblos antes que los vikingos y Colón, las cosmogonías racistas, la pseudohistoria de los templarios y masones, los códigos da vincis, los ovnis que inventaron las pirámides y el hombre y el conocimiento y ahora mismo están escribiendo esto porque todo se trata de un complot para tratar de ocultar su existencia... Me seguís, ¿verdad? Sólo le faltaba hablar de "El Secreto" para ser perfecto, pero yo ya he puesto a Fritze en mi altar particular de divinidades a reverenciar. XD

Con una ironía finísima Fritze va explicando cada teoría de la mal llamada "historia alternativa" y refutándola paso por paso. No todas, claro, porque para eso necesitaría haber escrito una enciclopedia, pero sí las más importantes. Por eso digo que Javier Sierra o Iker deberían echarle un vistazo a este libro, porque la mayoría de las historias de las que hablan ellos ya se han echado por tierra con mil pruebas hace años.

Hay historias divertidísimas en estas páginas. Yo me quedo con la de los indios galos de América, leyenda que nació a partir de un comentario jocoso del rey francés Francisco I, o la del mapa de Piri Reis, que tanto le gusta a Javier Sierra. ¡Aish! ^^

Sin embargo, hay otras que dan miedo. Lo de las cosmogonías racistas es para echarse a temblar. Por un lado La Nación del Islam, por otro, esa basura de Identidad Cristiana, grupo americano que cree en la supremacía aria y que los judíos son hijos de Eva y Satán. Sin contar con que su doctrina dice que el resto de las razas tienen que ser esclavas de la blanca. Bonito, ¿eh? Pues esos señores tienen armas y ya han hecho muchas locuras; yo no me quedo nada tranquila.

Por otro lado, Conocimiento inventado mete mucha caña a esa gentuza que tanto adoro que son los pseudohistoriadores: Sitchin, Bauval, Hancock... A mí el que más me irrita es Gavin Menzies . Mención aparte merece el inglés Martin Bernal, que sí que es historiador y profesor universitario y hay mucha gente que toma sus investigaciones muy en serio. De estos dos, si no os importa, os hablo en la próxima entrada y así no me alargo demasiado. Lo increíble es que esta gente haya sido refutada hasta la saciedad y sigan vendiendo libros y teniendo adeptos. Pero ya lo explica bien Fritze:

"En la cultura popular son muchas las personas incapaces de distinguir las pruebas válidas de las inventadas, o la argumentación empírica y lógica de la retórica de apariencia impresionante, pero en última instancia vacía. Tristemente, la educación formal ha descuidado el desarrollo del pensamiento crítico. Es algo difícil, lento, infravalorado y hasta peligroso de enseñar para los educadores. Así pues, muchos no lo enseñan, y otros muchos no son capaces de enseñarlo. Esto deja libre el camino para que los pseudohistoriadores y pseudocientíficos vendan libros y conquisten seguidores entre los ingenuos, los desinformados y aquellos que simplemente quieren creer en alguna cosa sin importarles las abrumadoras evidencias en su contra."

No sé si dejar un ejemplar de este libro en la parte de Misterios Históricos del armario de Ciencias Ocultas de la librería, por aquello de adoctrinar... ;) Mientras tanto, espero que la próxima vez que oiga hablar de la Atlántida sea por los textos de Platón, o en sentido poético, como lo hacen en la maravillosa "Stella Maris" Einstürzende Neubauten. (Sí, me apetecía poner el vídeo XD).

7 comentarios:

  1. Me quedo con ese fragmento en rojo porque soy de esa opinión aún leyendo bestsellers. A mí me parece ridículo que la gente sea capaz de creerse a pies juntillas el código da vinci. Yo me leo estos libros como algo entretenido y no buscando complots donde no los hay. Me llama especialmente la atención en estos libros la capacidad de inventiva. Hay autores que especialmente admiro en este aspecto porque al final de sus libros hay un apéndice donde explican brevemente qué datos se han inventado o modificado a su antojo e invitan a informarse más sobre otros.

    En fin, más que curioso este libro de Conocimiento Inventado.

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  2. Me lo apunto, estoy de acuerdo sobre todo con esta frase "la educación formal ha descuidado el desarrollo del pensamiento crítico".

    Creo que los motivos para que tanta gente se crea a pies juntillas cualquier estupidez "no oficial" obedece a varios motivos además de los expuestos en el texto

    1) Es más divertido o más interesante o más escandaloso, como las leyendas urbanas, aún sabiendo que son falsas, siguen teniendo interés.

    2) Sospecho que muchos de esos libros están escritos en un lenguaje más accesible y un estilo más ameno que mucha literatura científica, o por lo menos están escritos para que los entienda "cualquiera".

    3) Existe cierta desconfianza inherente en el ser humano hacia "el poder".

    ¿Estáis de acuerdo? S

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  3. Las personas crédulas, lectoras de ese género pseudocientífico que mencionas, lo son, no tanto por convencimiento, como por *temperamento*: creo que *necesitan* creer. Aunque pongamos ante sus narices evidencias contrarias de sus creencias, siempre encontrarán algún subterfugio que refuerce su fe. Cualquier escéptico sabe de la futilidad de argumentar con una persona que dice tener *fe*.

    Respecto a Iker Jiménez, es sólo un comunicador que ha encontrado un filón en esa clase de temas. Es como Punset, pero en pseudociencia. Si el público los coloca al mismo nivel, entonces el público tiene lo que se merece. Y no creo que la educación de espíritus críticos sirva de mucho, mientras la
    televisión presente ciencia y pseudociencia con el mismo valor de veracidad.

    Creo que Iker es perfectamente consciente de lo que dice y de cómo lo dice. De hecho, introduce continuamente en su discurso expresiones cómo "Podría ser", "¿Quién sabe?", "Y si...?", etc. colocándose en la cómoda posición de alguien que se limita a repetir historias que ha oído, historias que dudo mucho que él mismo se las crea.

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  4. ¿a dónde hay que depositar nuestra contribución para regalarles el libro? y si se puede hacer una colecta también para Jaime Maussán y Carlos Trejo de una vez estaría ¡perfecto! ;)

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  5. Uf... menudo temita. ;) Te leí el otro día y me dije: ¿por dónde empiezo? Y es que resulta difícil saber por dónde coger este asunto. La capacidad de crítica (y, por ende, de autocrítica) es algo que no se viene a estimular en nuestro sistema de enseñanza, ni en la sociedad actual. Resulta más fácil dejar (o hacer) creer a la gente que permitirles (y enseñarles) a cuestionar lo que ven, leen o escuchan (o vemos, leemos y escuchamos, me meto en el saco que aquí vamos todos, aunque algunos tengamos una especial predilección por informarnos sobre lo que piensan quienes piensan de forma distinta, lo que en ocasiones redunda en el reconocimiento del propio error).

    Por otro lado, resulta curioso (tal vez sea simplemente evidente) cómo somos dados a admitir y asumir sin mucho problema todo aquello que no afecte en demasía ni ponga en tela de juicio esta nuestra sociedad del bienestar con la que que tan bien nos va.

    Pero bueno, volvamos a los mitos y otras historias. Hace unos días mencionaba en otro blog algo sobre un libro de criptozoología, lo que viene muy a tenor de esto. Es posible vestir con una fina capa de "verdad" cualquier historia para que parezca verídica, y si quienes recibimos la información no nos preocupamos por tamizar lo que nos llega... malo.

    Por cierto, yo recuerdo con cariño a Jiménez del Oso. Era, al menos, un buen comunicador, y sabía hacer que nos interesáramos (en mi caso en una tierna infancia, jeje) por temas que posiblemente llamaban la atención tanto por su excentricidad como por cómo eran comunicadas. De ahí sí podrían aprender los verdaderos científicos: hay que saber divulgar, apasionar con lo que se cuenta. El pasado mes rendía homenaje en mis blogs a uno de ellos (el Dr. Rodríguez de la Fuente), pero existen otros buenos ejemplos donde la ciencia y la diversión no están reñidas: desde Asimov a Dawkins, pasando por Jared Diamond o Jay Gould, Desmond Morris (que últimamente "tiene telita") o Reichholf. Y esto en unos campos tan particulares y acotados como el de la biología y la antropología.

    Y en otro ámbito, si te menciono, por ejemplo, a García Gual, ¿qué decir, verdad? ;)

    Bueno, voy parando, que la barra de desplazamiento lateral de la caja de texto de los comentarios aparece cada vez más diminuta... ;P

    ¡Un abrazo!

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  6. Debe ser interesante el libro este, a mi siempre me han suscitado sentimientos encontrados todo este mundillo de lo paranormal, por una parte algunos aspectos me resultan interesantes pero al mismo tiempo me escandaliza la evidente tomadura de pelo de muchos de los temas que se tratan.

    De Javier Sierra me leí uno y no me mató, pero bueno me entretuvo, a Íker lo veía antes pero no me engancha mucho, opino como tú que no se lo creen ni ellos.
    El Código da Vinci me pareció un refrito de pizza hecho con contenidos de libros ya talluditos como "El enigma sagrado".

    Y sin embargo creo que lo que más me molesta es que sí que considero que existen algunos enigmas verdaderos (pongamos por caso el manuscrito Voynich) pero al citarlos en revistas donde en la última página salen 400 anuncios de echadoras de cartas pues lo poco que pueda haber de interés se desvirtúa.

    Las cosmogonías racistas arias y tal son un clásico, sin embargo el concepto de Pueblo Elegido judío también me resulta chocante en estos tiempos todo sea dicho.

    la verdad en el caso de existir algún tipo de sabiduría iniciática de alguna clase, evidentemente como bien indicas no se publicaría en best-sellers.

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  7. Homo Libris: ¡Toma comentario el tuyo! XD Estoy muy de acuerdo en todo lo que dices. De hecho, creo que muchas veces el asunto de la pseudohistoria o la pseudociencia es que es tan amena y divertida de leer que acaba siendo más tragable que un ensayo serio. Menos mal que hay estudiosos como Eru manda (nombras a García Gual, a Diamond y a Jay Gould, je, je), que se inclinan a escribir obras para el gran público la mar de amenas. Imagino, claro está, que eso también les pasará factura en el ámbito académico, porque así somos...
    Yo, por otro lado, también recuerdo con cariño a Jiménez del Oso. ^^
    ¡Un abrazo!

    Sonja: la verdad es que este libro es muy interesante y ameno de leer, como también lo es "Los nuevos charlatanes". Ahí reside parte de su atractivo para contraatacar todo tipo de falacias. ^^
    Por supuesto que hay muchos misterios sin resolver la mar de atrayentes. El problema reside en que hasta que los científicos investigan y comparan opiniones, pueden pasar décadas. ¿Se ha llegado, por ejemplo, a una conclusión sobre los siglos oscuros griegos, la identidad de los misteriosos pueblos del mar o el origen de la Atlántida (yo voto por Santorini, por cierto)? No. Pero los pseudohistoriadores van más rápido y escriben sus conjeturas porque saben que los misterios, en el fondo, nos atraen a todos.
    ¿Y cómo? ¿La Fuerza y el poder para mover el mundo no están dentro de un best-seller llamado "El Secreto", ja, ja, ja? ;)
    ¡Un saludo!

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