lunes, 6 de septiembre de 2010

El Mar Negro

Neal Ascherson es historiador, arqueólogo y periodista especializado en la Europa Oriental. Casi nada, ¿verdad? Con semejante curriculum, es normal que diera a luz un libro tan polifacético como el que tengo delante.

La obra nos narra parte de la tumultuosa historia de algunos de los pueblos que viven y vivieron junto a este mar. Abarca un amplio marco temporal, más o menos desde el siglo VIII a.C. hasta principios de los años noventa del siglo pasado. Pero, ¿estamos ante un libro de historia característico? No.


El Mar Negro es un ensayo muy al estilo de los de Jacques Lacarrière sobre Grecia: explora las relaciones de los pueblos a través de las épocas; no sigue una cronología lineal. Ascherson salta de un lado a otro mientras recorre la costa con su pluma. Este recorrido geográfico tampoco es exhaustivo (se habla, por ejemplo, muy poco de Turquía para lo que uno podría esperar). Sin embargo, todas sus partes están hábilmente entrelazadas por nuestro escritor, quien se descubre como un hombre culto, reflexivo, que bebe de muchas disciplinas. Para él, la historia del mar Negro tiene dos grandes protagonistas: los pueblos nómadas (escitas, sármatas...) y los conflictos étnicos.

Ascherson se ocupa durante gran parte del libro del problema de las nacionalidades y las identidades culturales, en lo que yo interpreto como una acertada postura personal contra los extremismos.

"Una comunidad multirracial antigua es un rico caldo de cultivo. Bosnia fue así antaño. Y Odessa, antes de la revolución bolchevique, y la lituana Vilna antes de la segunda guerra mundial. La simbiosis de etnias, religiones e idiomas en un solo lugar ha atraído siempre a los visitantes extranjeros, y nunca tanto como en esta época de convulsiones nacionalistas. Pero la nostalgia es mala historiadora. La simbiosis ha sido a menudo más aparente que real."

Hay muchas historias en El Mar Negro: algunas curiosas, otras divertidas o tristes, pero casi siempre desconocidas. Enumerar todas aquí sería de locos: leed el libro, leedlo. Pero para abrir boca, os nombraré la curiosa historia de los griegos del Ponto, que regresaron a una patria que nunca fue la suya; la larga historia del reino del Bósforo y la sorprendente relación de parentesco -o no- de los polacos con los antiguos sármatas. O la entrañable anécdota del túmulo Tsarski y su anciana guardiana, rodeada de pollos y gallinas. Y qué decir de las tumbas de las amazonas y de la cultura laz, por aquel entonces (Ascherson escribió el libro allá por el 95) en un estadio prenacionalista y objeto de estudio y controversia para los lingüistas...

De todas ellas me quedo, posiblemente, con la historia del arqueólogo enamorado de su princesa amazona:

"[...] he oído a Volodya y a su hermano Yura hablar con profunda emoción de "la pobre princesa". Los arqueólogos no son inmunes a los sentimientos acientíficos por los difuntos y aquélla no era una difunta normal.

De pequeño, Volodya Guguev había corrido y jugado por la tierra y la hierba encima de sus huesos. De adolescente se había preguntado quién y qué podía haber bajo los túmulos de Kobiakov. Al final, cuando fue un hombre hecho, derecho y guapo, una flor en la orden de la caballería de la ciencia rusa, encontró la forma de llegar a la bella durmiente que le dio todo: celebridad como arqueólogo de campo, respeto nacional como investigador académico y momentos de júbilo, incredulidad y revelación de los que no se repiten en la vida.

La bella dumiente le dio un tesoro que Volodya, si hubiera sido un pícaro, habría podido fundir y vender, y con lo obtenido adquirir un ático en Manhattan y vivir de rentas. Le dio su propia fe, un enigma que, si él se lo propusiera, le daría trabajo para el resto de su vida. Y al final, cuando ya no quedaba nada más en el suelo de la fosa, le dio los restos de su cuerpo de veinte años.

No estaban todos los huesos. Le faltaban algunas falangetas. Me di cuenta de que el tema angustiaba a Volodya y cambiamos de conversación. Pero Yura, su hermano menor, un día lluvioso en que nos encontramos en Tanais, me enseñó la videograbación en color de la excavación de Kobiakov 10, y comentó que él y su hermano tenían opiniones distintas sobre el asunto de las falangetas. Según Yura, los ratones las habían roído poco después del entierro, circunstancia muy común en las cámaras funerarias sin sarcófago. Volodya no admitía esa explicación. Prefería creer que le habían cercenado la punta de los dedos inmediatamente después de la defunción, tal vez en el curso de una ceremonia para borrar a los vivos del tacto de los muertos. No soportaba la versión de los ratones."

¿Os ha picado la curiosidad? Si os apetece una lectura estimulante y amena, adelante. El Mar Negro es un libro perfecto para abrir nuevos horizontes y aprender más sobre una zona muy desconocida para el gran público. ¿Preparado para la aventura histórica? Coge el sombrero, el látigo y bienvenido.

EL MAR NEGRO, de Neal Ascherson.
Tiempo de Memoria, Tusquets
Barcelona, 2001
ISBN: 9788483107218
Tapa blanda
18.50 euros.

10 comentarios:

  1. Yo lo apunto en mi lista de futuras adquisiciones. De vez en cuando aparecen joyitas como esta que aquí nos presentas y que vienen a cubrir amplios espacios en blanco dentro de los estudios históricos. Aunque con tanta novedad últimamente mi bolsillo empieza a resentirse...
    Un saludo!!

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  2. Bragi: Precisamente lo que me llamó la atención de este libro fue que trataba de una zona que, generalmente, se estudia de refilón y en determinadas asignaturas. Y el contenido es muy, muy interesante: dan ganas de investigar más y buscar otros ensayos más concretos sobre determinadas épocas y pueblos.

    Pero claro, luego pasa lo que dices: el bolsillo se resiente... Y llega un momento en que las estanterías de Ikea llenan todas las paredes de casa. ;)
    ¡Un saludo!

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  3. Nada, tú no dejes que me ponga al día con TOOOOODO lo que tengo pendiente sin que la lista se incremente más y más, jejeje.

    La verdad es que tiene muy buena pinta y, por los fragmentos que nos traes, parece una apuesta segura. Me lo apunto, de momento, y es que como decís se resiente el bolsillo, las estanterías, los suelos de la casa con el peso... Y encima yo sigo buscando mis imprescindibles "de viejo" a sumar a las novedades, siempre apetecibles.

    Un abrazote.

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  4. Homo Libris: Entiéndeme, hombre; necesitaba compartir este descubrimiento con vosotros. ;) Lo que pasa es que somos muy débiles, ¡ja, ja, ja! Yo el otro día le dije a mi jefe que tenía que dejar de comprarme libros y aún oigo sus carcajadas. XD
    ¡Un abrazo!

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  5. ¡No se si alegrarme de seguir castigada o echarme a temblar pensando en el frenesí comprador cuando por fin pueda acercarme a una librería!
    Me lo apunto, me lo apunto. Me encanta venir y encontrarme estas referencia :D

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  6. ¡Ja, ja, ja! Es mejor no hacer cuentas y disfrutar de las próximas horas de lectura, Lammermoor... XD
    ¡Espero que te guste! Yo creo, de hecho, que sí. ^^

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  7. Hola Alienor, como siempre, nos lo presentas tan bien, que es difícil decir que no..., !cuántas historias!, el arqueólogo y la amazona...miraré en la biblio, que yo también tengo autoorden de alejamiento.
    Lo habrás visto en el blog de Homolibris, pero te traslado aquí la pregunta, ¿tú sabes qué página de Las puertas de Anubis es la que escribió Dick? ¿o es leyenda?, es que me lo pasé en grande con su lectura...
    un saludo ;-)

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  8. Maribel: ¡Gracias! Estoy convencida de que tu espíritu viajero amará "El Mar Negro". :) Espero por ello que lo encuentres en la biblioteca mientras te automantienes alejada de las librerías, je, je, je. ¡Ojalá pudiese hacer yo lo mismo! ;)

    Respecto a "Las Puertas de Anubis", creo que Powers nunca ha dicho qué página escribió Dick... Pero vamos, indagaré por si acaso. ¿Te leíste "La Fuerza de su mirada"? No sé si es porque acabo de ver "Bright Star" y estoy con la vena romanticista, pero creo que voy a leérmelo de nuevo. ^^
    ¡Un beso!

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  9. Un libro genial, a caballo entre el ensayo puro de historia y la literatura de viajes. El autor pasa de los escitas y sarmatas a los escritores polacos del siglo XIX con una facilidad sorprendente. Libro super recomendado lleno de matices y anécdotas.
    Por cierto acabo de descubrir el blog. Me leeré La Historia empieza en Sumer en cuanto pueda :D
    Saludos

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  10. Dani: En primer lugar, bienvenido y gracias por comentar.
    El mar Negro es un libro de los que dejan poso, ¿verdad? Tan fascinante, con tanta Historia y tantas historias... Es agradable compartir con la gente este tipo de lecturas. Y espero que te guste La Historia empieza en Sumer. :)
    ¡Un saludo!

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