jueves, 16 de diciembre de 2010

Madres y cultura clásica: esa curiosa combinación

Hace un par de semanas más o menos tuve un pequeño toma y daca con una cliente. La señora en cuestión vino a la librería con un papel anotado por su hijo, en el que ponía que le comprara la Apología de Sócrates. Cuando le enseñé la edición de Alianza, me miró como si yo estuviera tonta y me dijo:

-Éste no. Quiero el de Sócrates.
-Y aquí está.
-Pero yo quiero la Apología, de Sócrates. No la Apología de Sócrates, de Platón.

¡Ah, qué momento! ¿Cómo intentas explicar a una persona sutilmente que está equivocada, especialmente cuando todos los clientes tienen grabado a fuego en su mente esa máxima de que ellos siempre tienen la razón?

Traté en vano de asegurarle que Sócrates no escribió nada, que sus enseñanzas las conocemos a través de sus discípulos, de los que Platón era su máximo exponente y que, de hecho, la Apología de Sócrates era uno de sus diálogos más famosos. Pero nada de nada. La señora aseguraba una y otra vez que su hijo le había escrito claramente en el papel Apología de Sócrates; que, como no lo localizaba por móvil, no quería arriesgarse a comprar nada y que iba a preguntar en otras librerías. Por supuesto, nunca regresó. Tendría que haberle dicho al despedirme que, si encontraba la Apología de Sócrates, por favor me avisara para comprarla yo también...

Las madres son, muchas veces, un caso aparte para los libreros.

Hace poco me vino otra señora con un niño de unos once años buscando un libro sobre cultura clásica. Para un trabajo del niño, agregó. Y mientras yo trataba de indagar sobre qué tenía que tratar el trabajo de clase, la madre erre que erre quejándose de lo complicado que era encontrar libros sobre cultura clásica.

-¿Tienes que hablar de Grecia o de Roma? -le pregunté al niño.
-¡Y a eso voy! -cortó la madre-. ¡Grecia y Roma! Nada de cultura clásica, sólo Grecia y Roma. ¡Pero de dónde vamos a sacar información si sólo se habla en los libros de Grecia y Roma y nada de cultura clásica!
-Es que la cultura grecorromana es la cultura clásica... -susurré.
-¡Grecia y Roma, Grecia y Roma! -continuaba ella elevando su queja a los dioses-. Quizás algo sobre cultura clásica en el prólogo, pero nada más. ¿Es que nadie explica qué es la cultura clásica en ningún sitio?

Para mear y no echar gota.

Y mientras yo intentaba evitar a la madre y seguía preguntándole al chaval de qué iba a ir su trabajo (literatura, mitología, arte, filosofía, historia; la importancia del legado clásico para el mundo occidental), ella venga a cortarme:

"No, no, de literatura no. Cultura clásica. ¿Qué importancia? El trabajo es sobre cultura clásica. ¡Y no hay nada por internet! ¡Pones cultura clásica y sólo aparece Grecia y Roma!"

Así que desistí, amigos míos. Me dí por vencida. El niño estaba acobardado por su madre y no decía ni mu y ella no oía, no escuchaba, no entendía. Así que le recomendé que preguntara en otra librería por algún libro de texto para niños sobre cultura clásica, "de esos que utilizan para clase y que nosotros no trabajamos" y le deseé mentalmente al chico buena suerte porque, con esa madre castradora, le auguraba un futuro negro. Como el de Norman Bates.

Pero la anécdota de las anécdotas de madres y cultura clásica la viví apenas dos semanas después de haber empezado a trabajar en la librería. Sí, en esa época en la que te sientes tan inseguro frente a un cliente que no sabes ni cómo reaccionar cuando se empecinan en un error.

El caso es que Pedro se me acercó con una señora y su hijo, de unos veintitantos años.

-Igual tú puedes ayudar mejor a estos clientes, ya que es tu especialidad. Preguntan por la segunda parte de la Ilíada.
-La Odisea.
-Eso les he dicho yo... -me susurró Pedro.

La señora me miraba con altanería.

-Pues no, la Odisea, no. Buscamos la segunda parte de la Ilíada para mi hijo.
-Señora -creo que llegué a tartamudear-, la Ilíada como tal no tiene dos partes. Su continuación, en todo caso, es la Odisea.
-A ver si nos entendemos, rica. Que buscamos la parte del caballo de Troya y en vuestras Ilíadas no sale.
-Es que la Ilíada acaba con los funerales de Héctor.
-No, no. Ya se lo he dicho a mi hijo. Yo he visto la segunda parte editada en algún sitio, pero no me acuerdo de la editorial.

¡Santo Cielo, el hallazgo filológico del milenio! ¡Esa señora había visto una edición de la Pequeña Ilíada y El Saqueo de Ilión! Ya lo estoy viendo: seguramente en la biblioteca de la universidad de Miskatonic, al lado del Necronomicón de verdad.

-Le aseguro que la Ilíada termina con los funerales de Héctor. La historia del caballo de Troya se menciona en la Odisea y, si me apura, en la Eneida de Virgilio. Pero los poemas donde se relataba el acontecimiento, el resto del Ciclo Troyano, se han perdido...

Si las miradas matasen, esa señora me hubiera fulminado. Tanto que me acojoné e intenté ver si podía encontrar por la red información sobre qué podía venir sobre el dichoso caballo en los Fragmentos de Épica Griega Arcaica de la editorial Gredos. Pero ni por esas. Fragmentos de Épica Griega Arcaica no suena a Ilíada Segunda Parte: La Venganza de Ulises, así que no conseguí convencerla. Y con un gruñido, agarró del brazo a su hijo (que, al igual que el otro niño, no soltó palabra en todo momento) y se alejó murmurando que no teníamos ni idea de cultura clásica en nuestra librería.

Y es que el cliente siempre tiene la razón... ¿O no?

11 comentarios:

  1. Ayyy Alienor, ¡porbre tú! Me alucina la gente. Yo, aunque fuera segura a pedir una cosa que no existe, ante 2 libreros que me aseguran lo contrario, siempre llegaría a dudar.

    Pienso yo que lo que les puedes decir es que por favor, cuando encuentren su libro de Sócrates o la segunda parte de la Ilíada, vuelvan por la librería a enseñártelo para poder hacer el pedido (o algo así) para vuestra librería, y así se mueran de vergüenza allá donde vayan a preguntar. jijiji

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  2. En mi instituto decían que no sé quién había dicho que se había leído todos los escritos de Sócrates. No debió tardar mucho, supongo.

    También decían que había gente que afirmaba haber visto en el cine "Los intocables", dirigido por Elliot Ness.

    Os recomiendo vivamente que tengáis etiquetas autoadhesivas siempre preparadas en la impresora.

    Y en un pis-pas escribes "La Iliada 2ª Parte. El retorno" y se la pegas a la Odisea, y todos tan contentos, mujer.

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  3. ¡Por todos los dioses! ¿Por qué algunas personas son tan sumamente cabezotas y no se apean de su borrico aunque sepan que no llevan razón y no son especialistas?
    El suceso de la madre con el niño que tenía que hacer un trabajo de "cultura clásica" me ha dejado un sabor amargo, pobrecillo el crío y qué paciencia debiste tener.

    Yo estuve trabajando en una tienda especializada en juguetes didácticos, librería y papelería. Una vez vino una señora (haciéndose la entendida y la experta) y me dijo que quería unas acuarelas, yo le pregunté que si en pastilla o en tubo, a lo que ella me miró furiosa y me dijo: en pastilla, que no te he pedido óleos... En fin, a partir de ahí supe a qué clase de cliente me enfrentaba; después me dijo que si teníamos algún tipo de lápiz que no marcase mucho el papel (supuse que era porque la acuarela es muy transparente y deja ver los trazos), así que le recomendé que usase lápices acuarelables para dibujar y así al humedecer el papel el trazo se diluía; bueno, pues aún con la caja de lápices acuarelables en sus manos me dijo que eso no existía, que me lo acababa de inventar.
    Hay clientes en todas partes a los que dan ganas de estamparles la “Odisea” de Homero en plena cabeza.
    Un saludo y mis mejores deseos para que no pierdas la paciencia.

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  4. Para el primer caso te recomiendo cantarles el "Have a Nice Day", de Bon Jovi... :D

    Para los otros, no se, el día que inventen el medicamento contra la estupidez igual se acaba el mundo...

    Buen finde!

    Roberto

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  5. Jajajaja, pobrecita. Si es que algunos no saben dejarse aconsejar por los que saben más que ellos.

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  6. ¡Pero bueno! ¡Pues claro que existe la segunda parte de la Ilíada! :D Es que claro, van buscando a un sitio inadecuado, porque tendrían que buscar los vídeos. ;P

    ¡Ains! santa paciencia que tenéis quienes trabajáis de cara al público. Sinceramente, yo no sé si sería capaz, jeje.

    De todas formas, tú piensa que esto son anécdotas que compartir en el blog y lo bien que lo pasas luego recordándolas.

    ¡Besotes!

    P.S.: ¿Se apuntan usted y Manu a la gira "The Epitaph" que pasa por nuestro país?

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  7. A lo mejor quería la Apología de Sócrates de Jenofonte xD

    Esto yo lo veo cosa de no ir con un poquito de humildad por el mundo, que ahora está muy mal vista. Está claro que dejarse pisotear no es nada bueno, pero el extremo de ir de prepotente por la vida no sé si es peor.

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  8. jajaja! me parto!
    Yo parto de la base de que al usuario hay que interpretarlo, deberían existir las clases de criptousuario de libros, si no encuentras el título y/o autor a la segunda, sospecha que el travieso cerebro del interlocutor se ha permitido la licencia de hacer algún pequeño jueguecillo de palabras modificando los singulares, intercambiando el orden de las palabras o las letras, a veces resulta que el título es el propio autor.

    En ocasiones especialmente graves perpetradas incluso por profesores universitarios te piden maquiavélicamente títulos que a veces son revistas, incluso en una ocasión el título de un artículo.
    Suerte que servidora tiene espíritu de perdiguera que sino...

    Pero vamos menos mal que no tengo que bregar con los progenitores, dios mio qué cruz, y encima tienes que esmerarte para que no parezcan tontos del c... pues yo de ti les diría que te traigan la hoja donde está anotada la bibliografía o el ISBN del libro fantasma y con ese dato se lo tienes listo al día siguiente, así a lo mejor buscando por internet llegan a alguna conclusión autodidacta.

    Si en el fondo envidio lo bien que te lo pasas :-)

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  9. ¡Vaya gentecita! No soy ningún enterado en la materia, a pesar de que me fascina: en el Perú, donde vivo, es muy difícil encontrar esta clase de bibliografía. Y no hablemos de precios...

    Si les sirve de consuelo, puedo contarles que aquí la gente lee, en promedio, menos de un libro al año. Leer un librito de bolsillo en un lugar público (no digo en el transporte público; en nuestros apestosos, destartalados y bulliciosos buses resulta imposible o suicida) es colocarse el cartelito de imbécil o víctima fácil de un hurto.

    Aquí a los libros les dicen, indefectiblemente, "obras". A veces abordo a la gente en las librerías -cuando escucho que preguntan al dependiente si tiene a la venta "obras", así, en la más vulgar generalización- y a mi vez pregunto si desean una obra de carpintería, de albañilería o de irrigación. Lo mismo, no entienden. O me creen loco (y no entienden).

    Lo más alucinante que me ha tocado vivir al respecto fue como sigue: mientras ojeaba los estantes de una librería, una niña en uniforme escolar (le calculé doce o trece años) pidió un ejemplar de "Fabla salvaje", de Vallejo. Cuando se lo alcanzaron, la niña se negó a comprarlo. No era el libro que pedía.

    -¿Cómo que no? -le preguntó la señorita-. Aquí lo dice: "Fabla salvaje", de César Vallejo.
    -Sí -respondió la niña-, pero no es el libro que nos pidieron. Es uno con una figura así y asá en la portada...

    Que el futuro -este futuro- nos coja confesados.

    Saludos.

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  10. Isi: Te aseguro que, por lo que llevo yo de experiencia cara al público, la gente es más cabezota que para qué. Lo que dicen es cierto y tú ya puedes decir misa, que no les vas a hacer cambiar de opinión. ;)

    Loque: ¡Siempre consigues que me ría un montón! Lo de las etiquetas no tiene desperdicio, ¡ja, ja, ja! Mira que te haremos caso. ;)

    Fátima: Gracias por tu testimonio; sabía yo que otras personas que han trabajado cara al público podrían dar ejemplos parecidos a los míos. ¡Santa paciencia! Algún día la perderé y montaré un espectáculo. ;)

    Roberto: Oye, igual sería buena idea regalar caramelos al estilo de "Pastillas contra el dolor ajeno" pero en plan "Pastillas contra la estupidez humana". Igual así pillaban la indirecta... XD

    Finduilas: Si ya no es ni dejarse aconsejar. ¡Es que hay clientes que piensan que les engañas! ¡Como si no tuvieras otra cosa que hacer! ;)

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  11. Homo Libris: en el fondo, estas anecdotillas son la sal de la vida librera. ¡Qué haríamos sin ellas! ;)

    Pues no sé si nos apuntaremos a la gira de Judas. Yo quizás, dependiendo de la pasta y de las ganas que tenga, porque admito que la última vez que ví a los Judas me dejaron un cierto sabor amargo. Manu seguro que no: no es tan true, ¡ja, ja, ja! XDDDD

    Nimbusaeta: ¡Muy bueno! ¡Hilas fino, ja, ja, ja! Le saco ya la Apología de Jenofonte a la buena mujer y termino de liarla, a la pobre.;)

    Sonja: ¡Muy bueno lo de la base de criptousuario de libros! Tienes más razón que un santo: "El mundo de las costuras", "El tiempo entre los hilos", "La modista de las costuras", "Entre costuras", "De repente alguien cosió" (100 % real), y así podríamos buscar infinitas posibilidades para el libro de María Dueñas, "El tiempo entre costuras", por poner un ejemplo. :)

    Uf, pues con los profesores universitarios mira que tienes que tener paciencia. Yo no sé a quién acabaría matando antes, si a una madre o a un profesor. XDDDDDD

    Beltenebros: Bienvenido y gracias por tus palabras. Desgraciadamente siempre habrá gente que no lea, ni en Perú ni en España, donde también somos minoría. Y lo de las portadas que nos comentas es muy, muy habitual. Da igual que digas, por ejemplo, que esa edición ya no se puede pedir porque está descatalogada, que seguirán empeñados en conseguirla: hay gente para todo. ;)

    ¡Un abrazo a todos y perdonad el retraso en contestar! Cosas de la gripe, chicos.

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