domingo, 16 de agosto de 2009

Una larga espera y muchos trabajos

Tolkien dijo una vez que la historia más importante en El Señor de los Anillos era la de Aragorn y Arwen. Curioso, piensas la primera vez que oyes esto, cuando se trata de una historia de amor de la que apenas te da detalles durante los tres libros, y que se desarrolla con plenitud en los Apéndices.

Pero más curioso es descubrir, conforme tu edad va avanzando y relectura tras relectura, que esos ínfimos destellos que él dejó casi ocultos durante toda la obra van adquiriendo un brillo hermoso, una comprensión y una carga emotiva que jamás pensaste descubrir cuando abrías sus páginas por primera vez a los diez o doce años.

Hay tres momentos de la historia de Aragorn y Arwen que siempre consiguen que se me caigan las lágrimas. Uno es el final de la historia en los Apéndices con la muerte de Aragorn, sin duda alguna, y que con tanto acierto supieron plasmar los guionistas en un flashback en Las Dos Torres de Peter Jackson:

El otro, durante la estancia de la Compañía en Lórien, cuando Aragorn la recuerda en lo alto de la colina de Cerin Amroth donde años atrás se prometieron y Frodo contempla la escena, como el lector, sin saber la trascendencia de ella:

"Al pie de la loma, Frodo encontró a Aragorn, erguido, inmóvil y silencioso como un árbol; pero sostenía en la mano un capullo dorado de elanor y una luz le brillaba en los ojos. Parecía que estuviera recordando algo hermoso, y Frodo supo que veía las cosas como habían sido antes en este mismo sitio. Pues los años torvos se habían borrado de la cara de Aragorn, y parecía todo vestido de blanco, un joven señor alto y hermoso, que le hablaba en lengua élfica a alguien que Frodo no podía ver. Arwen vanimalda, namárië!-dijo, y en seguida respiró profundamente, y saliendo de sus pensamientos miró a Frodo sonrió.-¡Aquí está el corazón del mundo élfico –dijo-, y aquí mi corazón vivirá para siempre, a menos que encontremos una luz más allá de los oscuros que hemos de recorrer, tú y yo. ¡Ven conmigo!Y tomando la mano de Frodo, dejó la loma de Cerin Amroth a la que nunca volvería en vida".

Y, por último, me emociona la llegada de Arwen a Minas Tirith en El Retorno del Rey. Cuando, de nuevo como Frodo, al fin comprendes la espera de Aragorn:

"Y esa misma noche, víspera del Día de Pleno Verano, cuando el cielo era azul como el zafiro y las estrellas blancas aparecían en el este, y el oeste era todavía dorado, y el aire fragante y fresco, los Jinetes llegaron por el camino del norte a las puertas de Minas Tirith. A la cabeza cabalgaban Elrohir y Elladan con un estandarte de plata; los seguían Glorfindel y Erestor y la gente de la casa de Rivendel, y detrás de ellos venían la Dama Galadriel y Celeborn, Señor de Lothlórien, montados en corceles blancos, con mantos grises, y gemas blancas en los cabellos; y por último el Señor Elrond, poderoso entre los Elfos y los Hombres, llevando el cetro de Annúminas y junto a él, montada en un palafrén gris, cabalgaba la hija de Elrond, Arwen, Estrella de la Tarde de su pueblo.

Y Frodo al verla llegar resplandeciente a la luz del atardecer, con las estrellas en la frente y envuelta en una dulce fragancia, quedó maravillado, y le dijo a Gandalf: -¡Al fin comprendo por qué hemos esperado! Esto es el fin. Ahora no sólo el día será bien amado, también la noche será bienaventurada y hermosa y desaparecerán todos los temores.

Entonces el Rey les dio la bienvenida, y los huéspedes se apearon de los caballos, y Elrond dejó el cetro, y puso en la mano del Rey la mano de su hija, y así juntos se encaminaron a la Ciudad Alta, mientras en el cielo florecían las estrellas. Y en la Ciudad de los Reyes, en el día del solsticio de verano, Aragorn, Rey Elessar, desposó a Arwen Undómiel, y así culminó la historia de una larga espera y muchos trabajos."


¡Nunca el amor se vio descrito en tan poco tiempo con tanta maestría!

8 comentarios:

  1. Coincido plenamente contigo. Además, las dudas que asaltan el corazón de Aragorn cuando conoce a la rohirrim Éowyn, sobrina del rey Théoden, ponen a prueba la fortaleza de la relación entre Arwen y el montaraz. Ni la distancia, ni las dudas (¿tan humanas? ;)) del padre de Arwen, ni tan siquiera lo duro de la guerra que se avecina podrán con ellos.

    Como ocurriera con los antepasados de Arwen, estos nuevos Beren y Lúthien representan el amor más puro e imperecedero (tal vez por optar por la mortalidad) de Arda.

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  2. Amén. ^^ Ya que hablas de Éowyn, por cierto, me gustaría comentar que, la primera vez que leí el libro, tampoco comprendí el sufrimiento de la Dama Blanca de Rohan (era demasiado pequeña). Y la sospecha de pensar que se quedaba con Faramir -para mí, el mejor de los hombres del mundo de Tolkien- como si fuera un segundo plato, me daba rabia. Pero con el paso de los años, y con las propias experiencias personales, me he reconciliado con ella, y su historia de amor en las Casas de la Curación me emociona hasta las lágrimas y me parece, también, una maravillosa historia de amor. Es lo mismo que me pasó con "Cumbres borrascosas". Lo leí con doce años y me llevé un chasco, me pareció horroroso y los personajes, imbéciles. Y sin embargo ahora, es uno de mis libros predilectos. Es lo que tiene la madurez. ^^
    ¡Y qué decir de Beren y Lúthien! Me encanta la versión que Tolkien escribió y que se publicó en "Las baladas de Beleriand". ¡Qué auténtica maravilla! XD

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  3. Yo he llorado a moco tendido las dos veces que he leído "la historia de Aragorn y Arwen" al final del libro.
    ¡Qué tristeza para ella, aunque antes pudiera disfrutar de la felicidad absoluta!

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  4. Yo pienso lo mismo, Isi, y eso es precisamente lo que me emociona de la decisión de Arwen de quedarse en la Tierra Media. Pero siempre me gusta recordar las últimas palabras de esperanza que le dedica Aragorn, aunque ella no las entendiera: "Con tristeza hemos de separarnos, mas no con desesperación. ¡Mira! No estamos sujetos para siempre a los confines del mundo, y del otro lado hay algo más que recuerdos. ¡Adiós!".

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  5. Pues a mi, además de la emoción y tristeza (¡y esperanza y gloria imperecedera!) que se desprende de la historia de Arwen y Aragorn, siempre me ha parecido que el "tercer" implicado en el asunto, Elrond, también carga con una considerable parte de drama.

    Porque él no sólo "pierde" a una hija sino que, antes, mucho antes en el tiempo pero seguro que no en su memoria, ya perdió a su propio hermano gemelo, Elros, por elegir también compartir el destino de los Hombres.

    Para mi, lo que debe sentir Elrond al saber que su hija seguirá el camino de su amado hermano es, cuando menos, tan profundo, triste y duro como lo que deberá soportar Arwen hasta que su naturaleza mortal la lleve al lado de Aragorn. O peor.

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  6. La historia de Elrond es también de una dureza terrible, desde luego. Y es también una parte de la historia de Tolkien que, con las nuevas lecturas, va tomando más importancia y se va entendiendo mejor. Al menos, yo lo veo así. :)

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  7. Pero ¿son cosas que tienen esa carga intrínseca en la obra de Tolkien?¿es nuestra perspectiva la que, con los años, va dotando de "emoción y profundidad" a algunos fragmentos de la obra?

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  8. ¿Sinceramente? Creo que ambas cosas. Y eso es lo que diferencia una obra de la literatura clásica de la que no lo es. :)

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