Un día, una chica se me acercó para preguntarme por el segundo libro de la autora de El Secreto. Y aquí es cuando soy sincera con vosotros: odio los libros de la famosísima ley de la atracción, me parecen una tomadura de pelo garrafal y tener que venderlos me saca de mis casillas. Pero le sonreí con educación y, mientras nos dirigíamos a ese cajón desastre que es Espiritualidad/Autoayuda, le empecé a explicar amablemente que Rhonda Byrne, libro como tal, sólo tenía El Secreto y que luego había salido en España El libro de la gratitud, que era como una especie de agenda para hacer ejercicios espirituales. Y la tía erre que erre. Y yo explicándole que es que, al hilo del exitazo de la Byrne, habían salido otros libros muy parecidos en tamaño y formato pero en otros colores que lo complementaban o explicaban: Más allá del Secreto y Más allá de la ley de la atracción, de Brenda Barnaby. Y que luego, claro, estaban los demás autores que habían salido en el dvd de la Byrne y que trataban el mismo tema: los Hicks, Michael Losier, Joe Vitale...
Mientras con toda la objetividad de la que era capaz le iba exponiendo la información y enseñando los libros la mujer, encantada, me decía que eso sí que eran lecturas de verdad; que si la gente dejara de leer libros de religión, política e historia aburridos y que no conducen a nada y en cambio leyera esto, el mundo sería mejor. Y que hasta te ayudan a adelgazar si sabes utilizar bien la ley de la atracción, añadió. Sonreí mecánicamente.
Como no sabía qué más decirle a la señora para que eligiera un libro y dejara ya de torturarme, le comenté que un español, Félix Torán, había sacado un libro últimamente sobre el tema. "Uy, no, yo sólo quiero de la auténtica escritora que descubrió esto, la del Secreto", dijo ella muy segura. Así que le tuve que decir que hombre, técnicamente, lo que había hecho Rhonda Byrne era "copiar" el libro de William Walter Atkinson sobre la ley de la atracción, que para más inri le había regalado su hija en una época de crisis existencial y que, si Atkinson era un señor nacido a fines del XIX, el descubridor de la ley era él, en realidad. Y le mostré el libro de Atkinson.
La mujer entró entonces como en un éxtasis de emoción y me agarró del brazo (NUNCA agarréis del brazo a vuestro librero). "Cuánto sabes de la ley de la atracción", me dijo guiñándome un ojo. "Veo que eres una iniciada en la Verdad Universal, una mujer espiritual. Los que conocemos el Secreto de las personas que manejan el mundo seremos importantes, ¿verdad?"
Llegados a este punto, entendedme: ya no pude soportarlo. Con una sonrisa -y alejándome unos pasos de su abrazo "sectario"-, le dije que yo no era una mujer espiritual, sino más bien una persona con inquietudes culturales que quería estar bien informada de lo que vendía. "¡Oh!", exclamó asombrada, "¿Y de dónde has sacado tanta información, entonces?". "De un libro que me leí de sociología, señora. En el mueble de allí adelante", le indiqué. "Los nuevos charlatanes, de Damian Thompson. Si le pica la curiosidad, no dude en preguntarme y se lo enseño."
Y allí la dejé con una leve inclinación de cabeza como despedida, mientras me miraba confusa entre todos aquellos libros de visionarios de la Era de Acuario.
Así que ya sabéis. Si además estáis hasta el gorro del creacionismo, de los libros de pseudohistoria (donde descubres que las pirámides las construyeron los extraterrestres gracias a gente como Robert Bauval, o que China descubrió América según la teoría de Menzies en 1421 -Nota: si por un casual alguien ve un libro de este hombre en cualquier sección de Historia, que se queje al librero, porque por mucha editorial seria que lo publique en este país, se ha demostrado que el tío es un embustero de tomo y lomo-), de las teorías conspiratorias, de la negación del holocausto o del Código Da Vinci, éste es vuestro libro. Narrado de una manera muy amena y ágil, aunque su contenido dé muchas veces miedo de pensar en la sociedad de analfabetos en la que vivimos, es un libro para reír... De pena. Pero hacen falta libros así para abrir los ojos de muchos. A mí, por lo menos, me reconforta el saber que hay gente que opina igual que yo. ^^
¡Lo quiero!
ResponderEliminarPor razones que ahora no vienen al caso me he movido (y aún lo hago esporádicamente) bastante en ese mundillo de charlatanería, visionarios, espirituales de a duro que sólo piensan en llenarse los bolsillos y tantos otros defensores acérrimos de pseudo-piedras filosofales.
Aunque puedan caberme en la cabeza cosas como lo de que ser positivo atrae positividad, creo que, a fin de cuentas, lo único que permanece al final es el esfuerzo.
Lo dicho, tengo que leer ese libro.
Un saludo.
Joder, con la de cosas serias que hay que leer y la gente pierde el tiempo con estos charlatanes.
ResponderEliminarUna duda, los seguidores de la Era de Acuario ¿niegan el holocausto? Joder, ahora me entero.
Me voy de cabeza a buscar el libro.
ResponderEliminarPregunta: ¿A los libros sobre inteligencia emocional también los incluyes en la autoayuda?
P.D: Es una pena que no estes en la F. de Asturias.
Bueno, la charlatanería es un fenómeno cada vez más extendido, gracias a la facilidad que hoy en día tenemos para exponer nuestras opiniones. No solo en el mundo editorial, también, y sobre todo, en la televisión, en la red.
ResponderEliminarReconozco que, exceptuando uno, no tengo ni la mas remota idea de la teoría que mencionas ni de los autores.
La excepción es Gavin Menzes. Voy a hacer de abogado del diablo... jejeje.
No lo he encontrado en la sección de Historia, siempre en novela (histórica, eso si), y creo que como tal debe leerse, no como un libro de texto, aunque por lo que dices, parece que se ha vendido como tal, y me sorprende, la verdad.
En cualquier caso, siempre me ha parecido descabellado aceptar sin más que América la "descubrió" Colón. Una cosa es que la pusiera ante los ojos de nuestro mundo, es decir, de Europa, y otra pretender que hasta 1492 no había más pueblos capacitados para realizar largas travesías marinas. China tenía ciudades con millones de habitantes cuando en Europa las ciudades eran poco más que aldeas, y un nivel de refinamiento que nosotros no alcanzaríamos hasta bien entrado el siglo XVIII, y contando para ello con no pocos aportes provenientes de el lejano oriente.
No hay más que darse una vuelta por América del Sur y por el Sudeste asiático, y observar a sus habitantes para ver que Asia llegó primero...
Cómo y cuándo, es otra cuestión.
Un saludo!!
Azote: El libro, intuyo, te gustará. Yo también creo que el ser positivo influye en la calidad de vida (especialmente a un nivel psicológico), pero es que lo de estos tipejos supera cualquier cosa. Mi mozo y yo empezamos a ver el documental de El Secreto por internet y aún resuenan las carcajadas en nuestro pasillo. Totalmente absurdo, sectario y nada revelador. El capítulo de Thompson sobre esta gente es impagable. ^^
ResponderEliminarAmandil: No es que los seguidores de la Era de Acuario nieguen el holocausto. ¡Espero! Lo que pasa es que Damian Thompson dedica cada capítulo de Los Nuevos Charlatanes a un tema diferente. Y se habla del negacionismo, claro. Da miedo. Aunque no sé qué me dio más miedo de todo el libro... Lo de la pseudohistoria me puso de mala leche, eso sí. ^^ Pero lo del creacionismo y las cosas que enseña, especialmente en el mundo islámico, me dio pavor.
Lammermoor: ¡Bienvenida de las vacaciones! Los libros de inteligencia emocional los tenemos en psicología, en un pequeño apartado propio, como el eneagrama o la psicología transpersonal.
¡Ya me gustaría vivir en Asturias! Qué tierra tan bonita. ¡Gracias!
Guisante Verde: ¡Que te me has colado mientras estaba respondiendo a los demás! Vayamos al tema Menzies: a ver, si mi "rencor" no va por la idea de que China descubriera América antes que los demás, bla, bla, bla. Además, es más que evidente que contactos entre Asia y América los hubo, por el estrecho de Bering en época muy antigua, por ejemplo, o incluso por Oceanía. O también es evidente que los vikingos llegaron a Groenlandia. Quien se crea que Colón descubrió el primero América, en fin... Creo que la importancia de Europa para la historia de América no es haber sido la primera en descubrirla y en concreto en 1492. Cualquier premisa para una investigación histórica me parece totalmente lícita, pero si se presentan pruebas, material arqueológico y fuentes documentales. Y si se escribe uno mismo el libro, claro está. Porque Menzies tuvo que admitir que no sólo era su mano la que se veía en el libro cuando toda la comunidad científica se le echó encima. Pero claro, vivimos en el país que vivimos y qué más da que se haya descubierto el pastel: luego el tío edita 1434 y se lo saca aquí Debate. Impresionante. Pero a mí no me la cuela, lo siento: lo tengo colocado en Ciencias Ocultas, concretamente en "Misterios Históricos", junto a los de Javier Sierra. Cuando me demuestre más profesionalidad, pensaré en cambiarlo. ;)
ResponderEliminarSi es que sois unos descreídos. Si hubieseis presenciado como yo la revelación de los siete seres de luz no osaríais hacer esas declaraciones. Eso sí, los vi en la cola del INEM, lo que deja muy a las claras cómo la espiritualidad también está en crisis. De ahí todos esos charlatanes :)
ResponderEliminarBueno, ya en serio, la verdad es que existen algunos autores cuya obra clama al cielo, y lo triste es que se dé un seguimiento tan acentuado de estos cantamañanas a día de hoy y sin criterio alguno. Otra cosa es que puedan basarse en teorías más o menos documentadas, y que estas últimas no por descabelladas hayan de ser menos ciertas; lo mínimo que se puede exigir es, como decís, pruebas.
En cuanto a América, es como decís: que existió interacción entre poblaciones de otros continentes está claro, lo único que cambió 1492 es que dio comienzo la conquista (y aniquilación) de sus pobladores. De hecho, ya antes existían transacciones comerciales, otra cosa es que interese sacarlo a la luz. No ha mucho un amigo me ponía al tanto de una charla sobre la historia de las almadrabas (que debió ser de lo más interesante y completa, ya que trataba desde la biología del atún, que le llevaba año tras año a las mimas, hasta la celebración de festejos en homenaje a la diosa Astarté en la época fenicia, donde ya se usaba esta técnica de pesca) el ponente comentaba que examinando la documentación existente en torno al tema en cuestión, encontró documentos relacionados con transacciones comerciales, fechados a comienzos del siglo XV, que incluían artículos como pieles de puma, animal cuya distribución se ciñe al continente americano.
Eso sí, volviendo al episodio de la librería, a mí una mujer con aspecto sectario me toma del brazo y me hace unas declaraciones como esas, y te juro que me da más miedo que estar rodeado de una manada de lobos hambrientos :D
¡Saludos!
Lo de hoy sí que me está dando miedo. Isi me dice que le encanta el nuevo look del blog; loquemeahorro, dice que no puede ver las letras!!, yo intento comentar y se pierde el comentario.... Va a ser la secta de la señora...
ResponderEliminarBueno, intentaré repetirlo, ahora teniendo en cuenta las siempre acertadas aportaciones de HomoLibris.
(no conozco, otro más, a Javier Sierra, jo soy analfabeto en esos temas... )
Efectivamente, como señala HomoLibris los contactos entre Asia y América están más que documentados antes de la llega de los "descubridores", y a partir de ahí, se pueden elaborar teorías diversas, lógicamente con una base documental adecuada; lo que no sabía era que Menzies había propuesto su libro como obra científica, como novela está bastante bien, creo yo. Me interesa la polémica que produjo. ¿Donde puedo buscar información sobre eso?
Saludos!!
Homo Libris: Totalmente de acuerdo una vez más. ^^ En su fantástico libro Colapso, Jared Diamond daba unas pinceladas sutiles -porque no es éste el tema principal de su ensayo- de las similitudes entre algunas culturas americanas y otras oceánicas y asiáticas, con un rigor que se pide de un científico serio. Y Ardaleth y yo hemos comentado varias veces en casa los parecidos entre artes de estos continentes (ella es la experta en las culturas orientales e indígenas, pedidle que nos ilumine con su sapiencia ^^). Pero lo de Menzies es que es de suma vergüenza.
ResponderEliminarY sí: la señora daba mucho miedito. Además ese día yo llevaba un colgante de plata que me regaló una amiga hace ya mucho tiempo, un llamador de ángeles de esos que ahora se llevan tanto, y también recuerdo que me hizo un comentario que, en fin... Me dieron ganas de explicarle que lo llevaba puesto porque tiene un gran valor sentimental, me parece bonito y me relaja su sonido cuando hago el ganso con él, no porque me comunique con los Arcángeles y los Tronos como si fuera una piedra palantir. XDDDD
Guisante Verde: en Los Nuevos Charlatanes Thompson le dedica prácticamente todo el capítulo relacionado con la pseudohistoria, si mal no recuerdo. Se ve que al sociólogo le enervaba bastante este hombre, aunque Robert Bauval y algún que otro más también reciben lo suyo. ;) En cuanto a Javier Sierra, se ve que es un pelín más inteligente que los demás: el periodista español, en sus libros, se dedica a exponer las diferentes teorías "alternativas" de los enigmas históricos que le llaman la atención, pero se cuida mucho de decir cuál es su opinión al respecto claramente, y siempre es muy objetivo en su tratamiento, aunque a veces no puede evitar que se le vaya la mano. Es que en la librería hemos indagado en sus ensayos para estar informados, claro, ¡ja, ja, ja! XD
Me parece que la profesión de librera va a tener que ser catalogada de "alto riesgo", porque tener que leer algunos libros debe ser así.
ResponderEliminarPor cierto, me tiene enganchado "Las Puertas de Anubis", tanto que hasta me olvidado de lo que me rechinó, históricamente hablando, en el primer capítulo. Aunque tengo muchas dudas porque a medida que voy leyendo me parece que todo está bien hilado. Ya lo buscaré cuando acabe, que será pronto. Solo quedan cien páginas...
Desde luego, ¡ja, ja, ja! XD
ResponderEliminarMe alegro mucho de que te esté gustando "Las puertas de Anubis", a mí me pasó exactamente lo mismo: un enganche demencial. Ya me contarás qué tal cuando termines. ^^
¡Un abrazo!
Ya te digo..., que horror (y ya para engancharme más solo faltaba ese cambiazo del prota, claro porque antes su facha era más bien de antihéroe), espero no aficionarme a estas recomendaciones tuyas, porque tendré que pedirme, fijo, una excedencia.... :-DDD
ResponderEliminarMe gustaría que me hicieras un pequeño favor. Veo que usas la misma plantilla que nosotros, la Mínima Black. ¿Puedes pasarte por el blog y decirme si tienes problemas para visualizarlo correctamente? Es que le hemos añadido un fondo sobre el negro, y al parecer algunos no leen el texto... :-((
Saludos!
(y ahora Tolkien!, es que no paras!!)
Anda Alienor!
ResponderEliminarQué seguro que te has leído unos cuantos de "se positivo", "Encuentra tu secreto", "las energías del positivismo" (títulos inventados por mí, claro), porque si no, a ver cómo aguantas a esa clienta estoicamente, como lo has hecho, jajajaja
Confiesa!!! ;)
Guisante Verde: Yo os leo todo muy bien en la página. ¡Y me gusta cómo queda! :) Seguro que mi ritmo de entradas baja en cuanto vuelva la semana que viene al trabajo, así que non preocuparse, ¡ja, ja, ja!
ResponderEliminarIsi: ¡Muy buena, ja, ja, ja! Pero creo que funcionan mejor los libros sobre enseñanzas budistas y zen para aguantar a determinados clientes. XDDDDDD De todas maneras, yo es que soy muy diplomática y maja y tengo mucho aguante, ¡pero lo de esta chica me dio mieditorl! ;)
Una gran sátira sobre el mundo de los libros de autoayuda es la novela Happiness de Will Ferguson...de verdad muy recomendable.
ResponderEliminarHace días encontré tu blog y ya tengo acumuladas tantas referencias que creo que me va a faltar verano para leer ni tan siquiera la mitad ;)
Lía: ¡Gracias por la información sobre el libro de Ferguson! Lo buscaré, indudablemente. :)
ResponderEliminarY gracias por tus palabras: eres bienvenida. ¡Nos leemos! ^^