En la Sociedad Tolkien Española llevamos varios años intentando promover este día a través de numerosas actividades en muchos puntos de nuestro país. En el caso de Zaragoza, este año lo celebramos con una curiosa mesa redonda. Junto a Sara Lafita, filóloga que prepara su tesis sobre la obra del Profesor, hablaremos de la importancia y del tratamiento de los personajes femeninos en El Señor de los Anillos. Seguro que salen muchos datos interesantes. ¿Os animáis a venir? Si es así, os esperamos este jueves a las 19 horas en el Aula Magna de la Facultad de Filosofía y Letras.
Si no vivís en tierras mañas, echad un vistazo a la web de la Sociedad Tolkien Española, porque seguro que muchas delegaciones irán colgando sus actividades para ese día, y alguna puede ser la delegación de vuestra ciudad. :)
Pero no hace falta una actividad organizada por nadie para celebrar el Día Tolkien. Es tan sencillo como reunirse con la familia o los amigos y, junto a una buena cerveza y un buen té acompañado con pastas, elegir algún fragmento que os guste de la obra de Tolkien y leerlo en voz alta. Podéis acompañarlo con música de fondo, o aderezarlo con vuestros propios instrumentos, si sois mañosos. Incluso no hace falta estar con gente para celebrar el Día Tolkien: basta con empezar a leer esa noche uno de sus libros.
¿Os animáis a decirnos cuál elegiríais? ^^
No todos los hombres viejos con los pantalones rotos son malos: unos son hombres de huesos y botellas y tienen sus perritos; y otros son jardineros; y algunos, muy pocos, son brujos que vagabundean como si estuvieran de fiesta, buscando algo que hacer. El que ahora entra en la historia es un brujo. Llegó a pie por el sendero del jardín, vestido con una vieja y andrajosa chaqueta, con una vieja pipa en la boca y un viejo sombrero verde en la cabeza. Si Rover no hubiera estado tan ocupado ladrando a la pelota, tal vez habría visto la pluma azul clavada en la parte de atrás del sombrero verde y entonces habría sospechado que el hombre era un brujo como habría hecho cualquier perrito sensato; pero él nunca vio la pluma."
Sólo venía a decirte que no tenía ni idea de que se celebrara el día Tolkien mundial, y mucho menos ¡¡que coincidiera con la destrucción del anillo!!
ResponderEliminarMadre mía!! ;)
Isi, no te acostarás sin saber una cosa más, ¡ja, ja, ja! Pero oye, que no nos has dicho qué fragmento o libro leerías... ;)
ResponderEliminar¡Besotes!
¡Frikis ;)
ResponderEliminarJo, ¡¡¡yo quiero!!! En fin, ya que no puedo ir...
Aquella no era época de prisas ni ajetreos. El ajetreo tiene poco que ver con los negocios. La gente hacía su labor sin apresurarse y encontraba tiempo tanto para hacer un montón de trabajo como para charlar largo y tendido. Se conversaba mucho, porque con frecuencia se producían sucesos memorables. Pero en el momento en que comienza nuestra historia hacía bastante tiempo en realidad que nada digno de mención había sucedido en Ham, cosa que a Egidio el granjero le venía que ni pintada: era un tipo bastante cachazudo, muy suyo y preocupado sólo de sus propios asuntos. Tenía
bastante, decía, con mantener al lobo lejos de la puerta, es decir, mantenerse tan rollizo y confortable como su padre lo había estado. El perro se desvivía por ayudarle. Ninguno de los dos prestaba mucha atención al ancho mundo de más allá de sus tierras, del pueblo y del mercado más cercano.
Pero el Mundo Exterior estaba allí. El bosque no quedaba muy lejos, y en la distancia, al oeste y al norte, estaban las Colinas Salvajes y las inquietantes comarcas de la Montaña. Y, entre otras cosas, aún había gigantes sueltos: gente ruda y sin civilizar, que en ocasiones causaba problemas.
;)
Elijo El Hobbit. Lo leí hace muchísimos años y me apetece releerlo antes de volver a hacerlo con El señor de los anillos.
ResponderEliminarHomo Libris: "Egidio" es siempre una gran elección para celebrar el Día Tolkien. ^^
ResponderEliminarLammermoor: Buena elección tú también, sin duda alguna. De hecho, yo pretendo releerlo en breve... :)
¡Un abrazo a los dos!
No nococía esta sociedad. Me parece muy interesante.
ResponderEliminarEspero que os salga muy bien todo.
Un saludo!
Yo tampoco puedo ir, pero si tuviera que escoger una sola obra para releer hoy, aunque sólo fuera un fragmento... me quedaría con el eterno Lord of the Rings. Siempre en versión original.
ResponderEliminarUn abrazo.
El mundo de Tolkien es fantástico sin duda, son personajes muy arquetípicos.
ResponderEliminarCuando acabé de leer el libro "El señor de los anillos" (hace unos cuantos añitos la verdad) me sentí tan huérfana, no era posible que se hubiera acabado y no hubiera más...
Hay que reconocer que las películas están bastante bien, en realidad cuando pienso en ESDLA pienso en las pelis.
Pablo D.: Gracias por tus palabras y bienvenido. Salió muy bien todo, sí. Mucha afluencia de público, mucha participación en el debate... Estamos contentos. Ahora, a preparar los décimos. ^^
ResponderEliminarAzote: ¡Ah, estás viva! ¡Cómo me alegra ver que además has actualizado el blog, je, je, je! XD Indudablemente, yo también me quedo con ESDLA en original.
¡Un abrazo!
Sonja: ¡Bienvenida! Yo la primera vez que terminé ESDLA, recuerdo que me sentí tan triste que volví a empezarlo, ¡ja, ja, ja! Las películas están hechas con mucho amor hacia la obra de Tolkien y me gustan en su conjunto, aunque hay alguna cosilla que les hubiera cambiado. ;)
¡Un saludo!
Pues yo me quedo con los siguientes extractos:
ResponderEliminarDel Ainulindalë (por cierto, la palabra más bonita jamás inventada):
"En el principio estaba Eru, el Único, que en Arda es llamado Ilúvatar; y
primero hizo a los Ainur, los Sagrados, que eran vástagos de su pensamiento, y
estuvieron con él antes que se hiciera alguna otra cosa. y les habló y les propuso
temas de música; y cantaron ante él y él se sintió complacido. Pero por mucho
tiempo cada uno de ellos cantó solo, o junto con unos pocos, mientras el resto
escuchaba; porque cada uno sólo entendía aquella parte de la mente de Ilúvatar de
la que provenía él mismo, y eran muy lentos en comprender el canto de sus
hermanos. Pero cada vez que escuchaban, alcanzaban una comprensión más
profunda, y crecían en unisonancia y armonía."
Y de la Akallabêth:
"Entonces Amandil se despidió de todos los de su casa como quien va a morir. —Porque —dijo— es muy posible que no volváis a verme; y que no os envíe una señal como la que Eärendil nos envió hace mucho tiempo. Pero manteneos
alertas, pues el fin del mundo conocido se aproxima.
Se dice que Amandil se hizo a la mar por la noche, en una pequeña
embarcación, y fue hacia el este, y luego dio media vuelta y navegó hacia el oeste.
Y llevó consigo a tres sirvientes muy queridos, y nunca hubo noticia ni señal de
ellos en este mundo, ni cuento ni conjetura sobre la suerte que corrieron. Los
Hombres no podían ser salvados una segunda vez por una embajada semejante, y
era difícil que hubiera absolución para la traición de Númenor."